Política

Reflexión sobre la función supervisora

  • Apuntes pedagógicos
  • Reflexión sobre la función supervisora
  • Alfonso Torres Hernández

El interés por comprender el orden institucional donde se inscriben las prácticas de supervisión, encamino la reflexión hacia una lectura amplia de las políticas educativas, del contexto socio-histórico, del ámbito cotidiano y de los sujetos que las desarrollan. En este recorrido, es como se da cuenta uno de que la expresión de las políticas educativas no encuentra sentido en la vida cotidiana de las zonas escolares, generando incertidumbre, resistencias, rechazo o incomodidades. Frente a ello, la reacción más frecuente es un reposicionamiento para el cumplimiento burocrático de ellas, pero a sabiendas que no arribara a ningún beneficio sustantivo, ni en lo personal ni en lo institucional. Cuando esto sucede, la desmotivación por el cumplimiento de la función va en aumento.

Las dificultades para instalar la innovación en los procesos educativos han girado siempre en torno a dos tareas básicas. Es necesario hacer cambios de orden estructural o en alguno de los rasgos centrales del sistema educativo, a la vez de impulsar en las escuelas la capacidad de autogestión con eficiencia y eficacia. Esta doble acción, ha caracterizado y constituido una condición de la política educativa de los últimos años para que el sistema funcione.

En el contexto de la Nueva Escuela Mexicana, y en el campo de la supervisión escolar en particular, este desafío va sumado a la necesidad de reconocer la complejidad de la función supervisora y la tendencia a transitar hacia un modelo de gestión participativa, incluyente e innovador, con base en una gobernabilidad democrática.

Sin embargo, en un análisis más cuidadoso de la situación, sobre los procesos de supervisión escolar, observamos que las mismas dos tendencias son difíciles de concretar, por lo menos mientras sigamos siendo prisioneros del paradigma burocrático y de racionalidad técnica. Aquí surge lo que denomino como un problema básico en la transición hacia la innovación y que consiste en cómo afrontar el desafío de la complejidad e incursión hacia la gobernabilidad democrática, en un contexto donde los modelos burocráticos y tecnocráticos se consolidan como opción preferente en las entrañas del sistema educativo.

La respuesta a este reto, aparece en el horizonte desde algunos ámbitos poco explorados, y que han sido resultado de la reflexión permanente de los procesos de supervisión escolar. Dar más poder de decisión a los sujetos y dejar que asuman responsabilidades, esto es, que cooperen en la solución de sus conflictos, parece constituir un elemento básico, sumado a programas de formación y estrategias de evaluación institucional. En este sentido, si hemos de transitar, es necesario que construyamos una cultura de gestión pública cuya primera característica básica sea la capacidad de todas las personas, en todos los niveles operativos, para la participación y colaboración. A esto le agregamos, la capacidad de comunicación hacia todos los niveles.

Con el propósito de llegar a ser coherentes, y situando a la supervisión escolar como un eje de transformación, habría que impulsar la construcción de la autonomía de su gestión, donde emerjan como líderes académicos, con capacidades de gestión y que lleguen a ser evaluados por sus resultados educativos. Para tal efecto, es necesario tener presente que el supervisor escolar es visto como un sujeto de poder a partir de la misión que le ha conferido el estado como depositario del correcto funcionamiento de las escuelas que estén a su cargo.

De igual manera, reconocer y comprender a la supervisión escolar como una institución que es determinada y determinante de un cierto orden social establecido, atravesando todas las instancias en las que actúa, y donde la escuela o zona escolar se constituye en un campo privilegiado para ello. De igual manera, para transitar hacia un modelo de supervisión más innovador, incluyente y eficaz que responda a los requerimientos contextuales de la actualidad, considero relevante tener en cuenta tres elementos: la evaluación de la función supervisora, la construcción de redes de colaboración y la elaboración, desarrollo y evaluación del proyecto de supervisión.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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