Política

Paz, amor y docencia

  • Apuntes pedagógicos
  • Paz, amor y docencia
  • Alfonso Torres Hernández

La época navideña siempre es una oportunidad para detener el ritmo cotidiano de nuestra vida y de nuestro trabajo. Detenerse para mirar atrás, al pasado inmediato, mirar nuestro presente y desear un futuro mejor. Los tiempos difíciles que vivimos, donde el ambiente y condiciones para el trabajo docente parecen haberse complejizado, nos exigen un descanso y paz en nuestro sentir-pensar. La docencia necesita de estos momentos por el agotamiento mental y físico que genera el trabajo en contextos complicados. La interacción diaria con alumnos, padres y madres de familia, compañeros, autoridades, requiere de pausas para recomponer las relaciones y reflexionar y mirar otras formas pedagógicas más armónicas y pertinentes que nos lleven a amar a la docencia.

La formación de seres humanos requiere de ambientes armónicos, pacíficos, apacibles, colaborativos, que permitan el desarrollo del trabajo de  maestros con mayor pertinencia y sentido pedagógico. Niños, adolescentes y jóvenes, hay que procurarles ambientes de aprendizaje donde amen lo que aprendan, donde fortalezcan su sentido humano y colectivo; donde reconozcan a la escuela como un espacio social articulador con su entorno social. A los maestros también hay que cuidarlos, tienen la responsabilidad de formar en una nueva ciudadanía mejor que la de hoy. Necesitan su espacio, el de la enseñanza, libre de otras preocupaciones y demandas. Necesitan que su labor sea reconocida, valorada y estimulada social e institucionalmente. Necesitamos una escuela donde alumnos y maestros encuentren el sentido social y humano de la educación.

Los deseos de paz y amor en la sociedad son también los deseos de la escuela. Tenemos que reconstituirla en ese sentido. Padres de familia tienen que asumir las responsabilidades que les corresponden en la educación de sus hijos. La formación de valores inicia en el hogar y se mantiene toda la vida. No tienen que trasladar estas responsabilidades totalmente a la escuela.

El amor, la paz y la armonía de la época es un referente para pensar que la docencia tiene posibilidades de desarrollarse en el mismo sentido. Enseñar con amor, con el deseo de contribuir a la formación de seres humanos, en ambientes tranquilos y significativos para la vida. Reflexionar nuestra docencia y su campo de acción nos permitirá, seguramente, un mayor acercamiento con nuestros semejantes.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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