Política

El desafío de reformar nuestro pensamiento

  • Apuntes pedagógicos
  • El desafío de reformar nuestro pensamiento
  • Alfonso Torres Hernández

Uno de los desafíos centrales que nos plantea la Nueva Escuela Mexicana es el tránsito en nuestras formas de pensar la educación, lo pedagógico, la didáctica y la relación pedagógica que establecemos con nuestros alumnos. Desarrollar nuestro pensamiento se constituye entonces en una de las bases para la comprensión de la lógica curricular inscrita en un proyecto de sociedad. Las interrogantes emergen de manera natural en este conflicto cognitivo: ¿cuál de la filosofía del plan de estudios? ¿cuáles son sus fundamentos epistemológicos y teóricos? ¿cuál es su orientación metodológica-didáctica? ¿qué tipo de mujer y hombre nos propone formar? Reflexionar estos planos de análisis nos coloca en la posibilidad de conocimiento y comprensión de lo desconocido. Nos coloca en el ámbito del pensamiento pedagógico para afrontar las incertidumbres que provoca un cambio curricular.

Reformar nuestro pensamiento pedagógico nos implica tener una mirada multidimensional de las situaciones educativas, reconocer su complejidad y realidad, tener presente su diversidad inherente y por supuesto, la totalidad, su todo y sus partes. Asumir este reto, nos llevará a nuevas incertidumbres, a nuevas interrogantes, particularmente en el terreno de la práctica: ¿Qué preguntas nos hacemos? ¿Cuáles son nuestras preocupaciones pedagógicas y didácticas? ¿Qué hacemos para responderlas? ¿Cómo analizamos nuestro desempeño? ¿Por qué he rutinizado mi tarea pedagógica? ¿Cómo salir de la rutina?

Inevitablemente la reforma de nuestro pensamiento nos exige reflexionar sobre nuestra intervención pedagógica, sobre sus condiciones de realización y sobre nuestros saberes. Y si en este proceso reconocemos nuestra incompletud pedagógica, las necesidades de formación aparecen de manera natural. ¿Qué formación requieren las maestras y maestros para ello? ¿Es necesaria la inclusión de la filosofía en sus programas formativos? ¿El estudio de la complejidad? Apuntaríamos que sí. La filosofía y el paradigma de la complejidad le ofrecen al docente elementos para mirar y comprender la realidad de una manera distinta. Y si quisiéramos ser más puntuales, le ofrecen un horizonte amplio para la comprensión de la narrativa político-pedagógica de la Nueva Escuela Mexicana.

La realidad educativa es cambiante y dinámica, y demanda cada día una formación más amplia, variada y flexible para adaptarse a los nuevos contextos educativos que todos contribuimos a conformar. La formación y desarrollo del pensamiento en las maestras y maestros les permite estar permanentemente disponibles a repensar lo pensado. A cuestionarse siempre sus posiciones y actitudes, su saber y su enseñanza. Pensar abiertamente significa escuchar al otro para dialogar, para construir juntos. Eliminar los dogmas del pensamiento les posibilita un diálogo sensible a la realidad social y educativa, además de hacer emerger una cualidad que debe ser inherente a la función docente: la humildad.

La transición hacia una educación que rompa los esquemas de la mera transmisión del conocimiento requiere de tener presente ¿cómo se imparte el conocimiento en nuestras escuelas? ¿cómo mejorar el lenguaje? ¿cómo cultivar el razonamiento? ¿Cómo desarrollar el pensamiento en alumnos y profesores?, entre otras interrogantes. Además de reconocer que los modelos educativos recientes nos han llevado a tener una sociedad poco informada y acrítica. Si esto es así, debemos apostarle a dar un giro importante a nuestra educación, donde se promueva una enseñanza que cultive el pensamiento como lo más esencial del currículum, es decir, apostarle a una educación para el pensamiento crítico y complejo.

Reformar nuestro pensamiento nos da claridad en las intenciones educativas del proyecto curricular. Se reconocen los puntos de partida que ofrece la construcción del programa analítico y las posibilidades de transformación de la práctica que nos ofrece la metodología de proyectos. El programa analítico y la metodología de proyectos se constituyen así en dispositivos para una autonomía docente. Maestras y maestros que piensan por sí mismos, que no son dóciles y dependientes de lo que otros dicen o hacen, al contrario, forman sus propias concepciones y acciones en su práctica, y le dan un sentido social y comunitario a su labor. Desarrollan una autonomía distante del individualismo. Esta condición los lleva enfrentar el desafío de reformar su pensamiento en un marco de reflexividad permanente.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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