Todo comenzó este mismo año con señalamientos del Departamento del Tesoro por lavado de dinero a tres instituciones financieras mexicanas, entre ellas CIBanco, el cual ahora enfrenta un procedimiento oficial de extinción instrumentado por autoridades mexicanas.
Como una bola de nieve creció la incertidumbre generada por las acusaciones procedentes de Estados Unidos que, inclusive, ligaban al banco con mafias mexicanas de tráfico de estupefacientes.
Aunque inicialmente el banco, mediante comunicados, aseguraba que pronto estaría bajo control la situación, finalmente la bola de nieve fue más pesada que los intentos por aclarar la crisis de reputación.

En marcha la liquidación de CIBanco
La culminación de este proceso finalmente llegó, pues el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) ha puesto en marcha el proceso de liquidación de CIBanco, tras la revocación de su licencia para operar como institución de banca múltiple.
Casos semejantes ya han ocurrido en el sistema financiero mexicano, en el cual este Instituto también ha tenido que intervenir para zanjar asuntos que pueden afectar a clientes e inversionistas.

¿Qué es el IPAB?
El IPAB inició operaciones el 21 de mayo de 1999, como organismo sustituto del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) con el objetivo de proteger los ahorros de los clientes de la banca a través de un seguro de depósitos.
Desde su fundación el organismo ha participado en la liquidación de diversos bancos todo en base a la Ley de Protección al Ahorro Bancario y de la Ley de Instituciones de Crédito.
Cabe recordar que el IPAB tuvo que terminar algunos procesos de liquidación y disolución que dejó pendientes el Fobaproa, tras la crisis económica de 1994, donde diversas instituciones quebraron.
Caso Bancrecer
Uno de los casos más conocidos fue el de Bancrecer, institución que hasta 1999 se encontraba entre los cinco principales bancos del país, mismo que vio su disolución y liquidación en 2001.
Fue el 3 de noviembre de 1999, cuando se celebraron las Asambleas Generales Ordinarias y Extraordinarias de Accionistas de Bancrecer mediante las cuales se acordó entre otros puntos la desincorporación del banco.
Además, se decidió la toma de control financiero por parte del IPAB, para la disolución anticipada y liquidación de Bancrecer, posterior a ello en 2001 Banorte adquirió la institución para posteriormente realizar una fusión.

Banco Unión y Banca Cremi
Luego de que a finales de 2001 la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) retirara la autorización de Banco Unión por operar como institución de banca múltiple, en marzo de 2003 entró en proceso de concurso mercantil al igual que Banca Cremi.

Un concurso mercantil es un procedimiento judicial para comerciantes que enfrentan insolvencia, cuyo objetivo principal es conservar la empresa en operación y reestructurar deudas con los acreedores.
Si bien el IPAB no participó en un liquidación como tal de estas instituciones, mantuvo participación en los procesos de disolución de estas entidades.
Herencia del Fobaproa
Como se mencionó, el IPAB heredó por aparte del Fobaproa una serie de liquidaciones o procesos mercantiles que quedaron pendientes, luego de la crisis económica que derivó en una inestabilidad bancaria y posterior reorganización.
Concluyó dicho proceso en las siguientes instituciones:
- Banco Anáhuac.
- BNP (México).
- Banco Capital.
- Banco Industrial.
- Banco Promotor del Norte.
- Banca Quadrum.
- Banco del Sureste y Banco del Atlántico.
Resulta clave mencionar que por mandato de ley, el IPAB tiene como uno de sus objetivos administrar los programas de saneamiento financiero que formule y ejecute en beneficio de los ahorradores y usuarios de las instituciones de banca múltiple, para evitar complicaciones en el sistema.
Casos más recientes
En los últimos años, el sistema financiero también ha instrumentado procesos de liquidación a dos instituciones financieras por diversas inconsistencias e incumplimiento de obligaciones.
Uno de los casos más conocidos fue el de Banco Ahorro Famsa, institución que perdió su licencia para operar el 1 de julio de 2020, por una deficiente gestión financiera y una pérdida notable en sus niveles de capitalización.
La institución desde 2016 mantenía una serie de incumplimientos en sus niveles de capitalización por debajo del 10.5 por ciento establecido por la CNBV.

En ese entonces, el IPAB protegió el capital de 580 mil ahorradores, con base en un fondo equivalente a 400 mil Unidades de Inversión (UDIS), que entonces equivalía a 2.56 millones de pesos aproximadamente, cantidad máxima aplicada para salvar la inversión de cada uno de los clientes afectados.
El último caso de cobertura fue el de Accendo Banco, una institución de reducida participación en el mercado financiero nacional, que incumplió con los requerimientos mínimos de capitalización, por lo que fue intervenida y liquidada.
Se estima que 96 por ciento de los ahorradores de esta institución pudo recuperar los ahorros que mantenía.
¿Que significa para el sistema bancario la liquidación de CIBanco?
Con el comienzo de la liquidación de CIBanco, surge la pregunta sobre el tamaño que tenía esta institución, pues si bien no era un banco sistémico, mantenía una importante participación en el mercado fiduciario, mismo que fue vendido a Multiva.
El banco mantenía activos al cierre de agosto por 68 mil 658 millones de pesos, y una cartera de crédito que alcanzaba los 16 mil millones de pesos, según las cifras de la CNBV.
CIBanco poseía un total de 206 sucursales, y poco más de 3 mil empleados, además de sostener una infraestructura de 233 cajeros automáticos por todo el país.
Estas cifras bajaron, tras las acusaciones de las autoridades estadunidenses.
Cabe destacar que aún queda pendiente la venta de la Casa de Bolsa de la institución, misma que hasta el momento sigue conectada al sistema SPEI, así como la venta de sus activos empresariales.
De igual modo, vale la pena recordar que de igual forma BanCoppel adquirió en semanas pasadas la cartera automotriz del banco.

KL