Para Pablo Crain, CEO de Willis Towers Watson (WTW) México, la historia de la firma —que se prepara para celebrar 200 años— está marcada por su capacidad de anticipar riesgos y convertir la incertidumbre en oportunidad. “Ayudamos a nuestros clientes a anticipar, planear y responder a distintos escenarios. No se trata solo de prever lo negativo, sino de construir futuros posibles”, afirma.
El ejecutivo destaca que México se ha consolidado como un punto estratégico por su ubicación y su integración con Estados Unidos (EU) y Canadá, lo que lo convierte en un terreno fértil para la inversión y la gestión de riesgos complejos.
A lo largo de su historia, ¿cómo han contribuido a enfrentar los retos del mercado?
La historia de WTW es realmente inspiradora. Estamos por cumplir 200 años de existencia, y a lo largo de este tiempo hemos sido testigos —y protagonistas— de algunos de los eventos más significativos de la historia moderna.
Fuimos, por ejemplo, el bróker del Titanic, y también tuvimos presencia en el World Trade Center, siendo actores clave en la gestión posterior al 11 de septiembre, particularmente en la formulación de los seguros de terrorismo que transformaron la industria.
En México, nuestra presencia cobra aún más relevancia por la propia ubicación estratégica del país. Nos encontramos en un corredor logístico y comercial privilegiado, que abre múltiples oportunidades de negocio. Pero también enfrentamos grandes desafíos: al estar rodeados por dos océanos, nos vemos expuestos a huracanes, inundaciones y terremotos, fenómenos naturales que demandan soluciones complejas y bien estructuradas.
Con una población de más de 130 millones de personas, existe también una enorme necesidad de protección, planeación y apoyo. Aquí es donde el trabajo de WTW marca la diferencia, a través de nuestras tres grandes líneas de servicio: Gestión de riesgos, Optimización de beneficios para colaboradores y Planes de inversión y servicios actuariales que permiten a las empresas tomar decisiones más informadas.
En ese sentido, México es un terreno fértil para que acompañemos a las organizaciones en su crecimiento, ayudándolas no solo a gestionar sus riesgos, sino también a tomar decisiones más inteligentes y sostenibles.
¿Cómo ayudan a las empresas a transformar la incertidumbre en una ventaja estratégica?
Hoy en día, la incertidumbre forma parte del día a día. Vivimos en un entorno en constante cambio, donde adaptarse rápidamente ya no es una ventaja competitiva, sino una necesidad. Esa es la nueva norma: estar siempre preparados para cualquier eventualidad.
En WTW, eso no solo lo entendemos, sino que es parte fundamental de nuestro core business: ayudar a nuestros clientes a anticipar, planear y responder a distintos escenarios. No se trata únicamente de prever lo negativo —aunque, sin duda, los escenarios pesimistas son parte de nuestro análisis, porque son los que más ponen a prueba la resiliencia de las empresas y las personas—, sino de tener una conversación amplia y estratégica sobre todos los posibles futuros.
La pandemia, por ejemplo, fue un evento atípico, un outlier que nos recordó la importancia de prepararnos incluso para lo impensable. Y no será el último.
Por eso, en WTW facilitamos este tipo de conversaciones con nuestros clientes:
¿Qué pasaría si...? ¿Cómo impactaría en mi negocio? ¿Estoy preparado? Y más importante aún: ¿Qué decisiones puedo tomar hoy para estar mejor preparado mañana?
Nuestra labor es convertir la incertidumbre en una oportunidad de reflexión, planeación y acción. Y hacerlo desde un enfoque técnico, humano y estratégico.
¿Qué impacto tiene la posible implementación de nuevos aranceles en el impulso del nearshoring?
El fenómeno del nearshoring no es algo nuevo para México. De hecho, comenzó en 1994, con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Desde entonces, hemos visto una inversión constante y estratégica en distintas industrias, lo que ha contribuido significativamente al desarrollo de nuestra economía y a la integración profunda con EU y Canadá.
Esa integración, construida a lo largo de más de tres décadas, difícilmente se puede revertir de forma fundamental. México se ha consolidado como un socio comercial confiable y competitivo, gracias a su ubicación geográfica, su talento humano y su infraestructura.
Sin embargo, es cierto que el entorno sigue evolucionando, y hay factores clave que podrían modificar las reglas del juego, como el tema de aranceles, su posible implementación, alcance y temporalidad. Es algo que aún está por definirse, y que requiere atención constante.
¿Por qué México se ha convertido en un mercado estratégico para la inversión en seguros catastróficos?
Lo que ha sido muy interesante últimamente es la llegada de nuevos inversionistas. Esto se debe, en parte, a que no existe una correlación directa con otros tipos de riesgo, lo que hace que el sector resulte especialmente atractivo. Hoy las tasas de fondeo son competitivas y existen diversas condiciones que permiten un acceso mucho más eficiente al mercado.
En el caso de México, tenemos una geografía muy particular: contamos con acceso a dos océanos, múltiples fallas tectónicas y una variedad de riesgos naturales. Esto convierte al país en un entorno ideal para el desarrollo de soluciones de seguros, tanto para daños materiales como para personas, sin dejar de lado ramos como el de autos, por supuesto.
Todo esto nos permite ver a México como una especie de laboratorio o piloto para muchas iniciativas. En este contexto, el tema de los seguros paramétricos cobra especial relevancia.
De hecho, en 2006, el gobierno de México fue pionero en la emisión de un bono catastrófico a través de la Secretaría de Hacienda. En su primera etapa, este instrumento cubría únicamente terremotos, pero posteriormente se le añadieron coberturas para huracanes, entre otros eventos.
Esto demuestra una clara conciencia por parte del gobierno sobre la importancia de cerrar lo que llamamos la “brecha de cobertura”: la diferencia entre la pérdida económica total y la parte que realmente está asegurada.
él dice"México sigue siendo un país dinámico, con obras, inversión y confianza,
El reto está en seguir acompañando a las empresas en decisiones más inteligentes y sostenibles”
¿Qué señales muestran que México y su sector asegurador mantienen resiliencia y dinamismo en 2026?
Soy optimista, y creo que hay mucho que reflexionar de forma positiva sobre lo que ha ocurrido en 2025. Una vez más, hemos demostrado que México es un país resiliente y que nuestro sector también lo es.
A pesar de los retos, la industria aseguradora sigue creciendo. Es cierto que ya no vemos cifras de crecimiento a doble dígito, pero aún así esperamos cerrar el año con fuerza. El año pasado fue especialmente bueno para el sector, y eso nos da una base sólida.
México sigue profundamente integrado con EU, Canadá y otros países a través de los tratados de libre comercio, lo cual continúa siendo una gran fortaleza para nuestra economía.
Y si observas lo que pasa en las ciudades, todavía vemos actividad: obras de construcción, nuevos edificios... Todo eso habla de un dinamismo que, aunque quizá no sea espectacular, sí refleja movimiento y confianza en el futuro.
¿Cómo está evolucionando la cultura del ahorro para el retiro en México?
Definitivamente, uno de los grandes retos que enfrentamos como país es el relacionado con el ahorro para el retiro. Durante muchos años, la cultura del ahorro ha sido limitada, y eso plantea una preocupación real sobre la sostenibilidad financiera de las personas a largo plazo.
Sin embargo, los datos recientes muestran un cambio alentador. Por ejemplo, los seguros de vida con componente de ahorro han registrado un crecimiento, lo que indica que la conciencia sobre la importancia de prepararse para el futuro va en aumento.
Muchas de las empresas con las que colaboramos están repensando activamente sus esquemas de retiro, buscando soluciones que sean no solo sostenibles, sino también resilientes frente a un panorama económico desafiante: salarios mínimos en evolución, tasas de interés variables, inflación, entre otros factores.
Este cambio de enfoque es especialmente relevante si consideramos el contexto demográfico actual. México sigue siendo un país joven, lo que representa una ventaja —el llamado bono demográfico—, pero esta realidad también está cambiando gradualmente. Lo que hoy es una fortaleza, mañana podría convertirse en un reto si no se toman decisiones oportunas.
¿Cómo responde la industria aseguradora al desafío de una población más longeva?
Uno de los temas más relevantes que estamos enfrentando es el de la longevidad. La gente vive más tiempo, y eso implica una mayor exposición a enfermedades crónicas o degenerativas durante más años. Esta realidad nos está llevando a replantear cómo atender estas necesidades de salud a largo plazo, e incluso a considerar la posibilidad de combinar coberturas médicas con esquemas de retiro.
La verdad es que los costos de algunas pólizas de gastos médicos, especialmente en edades avanzadas, se están volviendo insostenibles. Como industria, tenemos la responsabilidad de pensar en soluciones innovadoras y sostenibles para enfrentar este desafío.
La lista de temas pendientes es larga, pero en resumen, estamos viviendo una evolución profunda del sector, influida tanto por factores demográficos como por el contexto macroeconómico global. No podemos olvidar que actualmente enfrentamos dos guerras de gran escala, lo que genera incertidumbre y volatilidad en muchos frentes.
Todo esto nos mantiene en constante alerta, reflexionando sobre cómo adaptarnos y anticiparnos a los cambios que vienen.
¿Cómo se adaptó la legislación laboral en México a los nuevos modelos de trabajo postpandemia?
Para comprender los cambios recientes en el entorno laboral, primero debemos entender de dónde surge esta evolución, incluyendo los cambios en la legislación laboral.
Gran parte de esta transformación tiene su origen en la digitalización acelerada y en la necesidad de flexibilizar las formas de trabajo, impulsadas de forma drástica por la pandemia. Lo que antes era una tendencia incipiente —como el home office—, se volvió una realidad generalizada en tiempo récord.
Este cambio forzado dejó lecciones importantes y abrió nuevas conversaciones sobre cómo trabajamos, cómo se regulan estas nuevas modalidades y a quién afectan. Hoy estamos viendo una evolución normativa que busca adaptarse a estas nuevas dinámicas laborales.
En este proceso, es clave observar cómo otros países han gestionado esta transición: ¿qué modelos han funcionado?, ¿qué impactos ha tenido en distintos sectores?, ¿qué medidas de protección se han implementado para los trabajadores?
Y, por supuesto, debemos considerar también la diversidad de modelos operativos en México. Muchas empresas —particularmente en sectores industriales o logísticos— siguen operando con esquemas de tres turnos, lo cual plantea retos adicionales al hablar de flexibilización o trabajo remoto.
La clave está en encontrar un equilibrio: adoptar lo mejor de la innovación laboral mundial, pero adaptándolo a la realidad operativa, económica y cultural de nuestro país.
KRC