A seis meses del arranque del programa federal “Vida Saludable”, impulsado por la presidenta Claudia Sheinbaum, el cambio del entorno alimentario en las escuelas mexicanas ha beneficiado a gigantes como Bimbo, Nestlé y PepsiCo que reformulan sus productos, frente a las pequeñas y medianas empresas (PyMES) que presentan pérdidas de hasta 30 por ciento y una adaptación que pocas pueden costear.
Si bien, las grandes compañías tuvieron que ajustar procesos, contaban con músculo financiero, resalta Jorge Velarde, investigador del Tecnológico de Monterrey, reformuación que se vivió de manera muy distinta entre los pequeños comerciantes.
"Las PyMEs, los emprendedores que veíamos afuera de las escuelas, ellos tenían que adaptarse y evidentemente algunas no lo hicieron ya que implica un mayor costo en la parte de producir este tipo de de alimentos más saludables (...); sin duda, las más afectadas fueron ellas porque pues no tenían el recurso, como la gran empresa, para poder reformular sus productos", explicó.
En el marco del Día Mundial de la Alimentación, que se conmemora el 16 de octubre, cabe recordar que desde marzo de 2025, más de 258 mil escuelas en México se ajustaron a los lineamientos que prohíben la venta de alimentos ultraprocesados y productos con sellos de advertencia.
El programa representa una iniciativa de promoción de alimentos naturales, frescos y locales, sin embargo, la reconfiguración del mercado escolar ha sido profunda, las cooperativas escolares, tienditas y microemprendedores han sido los mayormente impactados.
Lo anterior derivado de la vulnerabilidad en su capacidad para invertir en reformulación o marketing, muchos negocios vieron desaparecer su principal fuente de ingresos.
“Algunas cámaras de pequeñas empresas alimentarias reportaron caídas de 10 a 30 por ciento en las ventas durante los primeros meses. La reconversión requiere inversión y tiempo, y muchas no tenían cómo absorber ese golpe”, detalla el analista.
Las grandes empresas reformulan… y ganan terreno
Jorge Velarde detalló que si bien, en una primera estancia, se pensaba que la más afectada, económicamente hablando, sería la gran industria de consumo al tener que invertir en:
- Nuevos procesos de etiquetado
- Nuevos procesos de empaque
- Reformulaciones
- La búsqueda de más nichos de mercado
- En mercadotecnia y comunicación
Escenario que tuvo que propiciarse de manera inmediata, y que Velarde destaca que "evidentemente causó un costo en las empresas", al igual que una merma y una reducción de sus márgenes en ese nicho en particular. Lo que los llevó a destinar más presupuesto, lo que él calcula que fue entre 2 y 5 por ciento de lo destinado a investigación y desarrollo de nuevos productos.
"Pero a final de cuentas hay un rebote positivo a la hora de ya estar posicionados y pues la parte de la imagen de la empresa de que apoyan esta campaña, esta ley, pues es favorable para las empresas porque eso les da visibilidad de sustentabilidad y la cuestión de apoyar la salud. Entonces, eso les ha ayudado", explicó.

Velarde recordó que una de las principales empresas que informaron cambios en su reformulación fue Bimbo, ya que anunció endulzantes más naturales, así como menos contenido de sodio.
En su reporte a inversionistas, informó que eliminará todos los colorantes artificiales antes de 2026 y que, para 2030, el 100 por ciento de sus productos horneados y snacks serán elaborados con “recetas simples y naturales”.
Otras compañías siguieron el mismo camino. Danone, Kellogg’s, Nestlé y PepsiCo han ajustado procesos para reducir azúcares, sodio y grasas saturadas, en línea con las regulaciones de salud pública.
De hecho, el sector reporta que 56 por ciento de los productos procesados ya fueron reformulados desde la entrada en vigor de la NOM-051 en 2020.
“Las grandes empresas no solo cumplieron con la ley, sino que transformaron la obligación en una ventaja competitiva. Reformular les costó, pero también les dio reputación, sostenibilidad y nuevos nichos de mercado”, señala Velarde.
Caso Danonino y el "estigma" a productos reformulados
Danone es una de las empresas que han invertido en reformular y reducir o eliminar los sellos, principalmente, en su producto insignia Danonino, pero a pesar de cumplir con la regulación, desde hace cinco años, siguen enfrentando cierto estigma por parte de los consumidores.

En entrevista con MILENIO, la Gerente Sr de Marcas Infantiles de Danone México, Cecilia Yarza, señaló a la falta de información, ya que además, la regulación no prohíbe que los productos se envíen en las loncheras de los niños, sino que es directamente para los vendedores en las cooperativas y tiendas escolares.
"Hemos observado que algunos padres, por desconocimiento, llegan a estigmatizar productos basándose en información desactualizada o en la idea de que un alimento con buen sabor necesariamente debe tener sellos".
"En Danonino, a lo largo de los años, se ha hecho un trabajo constante para mejorar las fórmulas de los productos de acuerdo con las necesidades nutrimentales de la niñez mexicana", afirmó Cecilia Yarza.
Explicó que al ser Danonino un lácteo fermentado libre de sellos, puede encontrarse en puntos de venta cercanos a las escuelas.
"Seguimos trabajando con distintos aliados para comunicar sus beneficios y facilitar su presencia dentro de los entornos escolares. Queremos que los niños puedan disfrutarlo y que los padres se sientan seguros al integrarlo como parte de un lunch equilibrado", agregó.
También afirmó que seguirán buscando que más de sus productos se adapten a la regulación sin que se comprometa el sabor.
Las PyMEs, atrapadas en la transición
A diferencia de las grandes firmas, las PyMEs del sector alimentario y los emprendedores escolares no han podido sostener el cambio.
El aumento de costos de producción, la falta de créditos y la ausencia de acompañamiento técnico dificultan la adaptación al modelo de escuelas saludables.
“Muchos negocios dependían de ingredientes económicos y productos empaquetados. Migrar a opciones naturales implica una cadena logística diferente y más cara”, explica el académico del Tec de Monterrey.
Algunas cooperativas han optado por ofrecer frutas, snacks horneados y bebidas naturales, pero los márgenes son menores y la demanda inicial se contrajo.
“Sin apoyo financiero o capacitación, la brecha entre grandes y pequeños proveedores se amplía”, advierte Velarde.

¿Qué exige la ley de escuelas saludables?
El Acuerdo para la Promoción de Escuelas Saludables, publicado por las secretarías de Salud y Educación Pública el 30 de septiembre de 2024, estableció un plazo de 180 días para adecuar los espacios escolares.
Desde el 29 de marzo de 2025, todas las instituciones deben cumplir los siguientes criterios:
- Alimentos naturales y frescos, de bajo impacto ambiental y con ingredientes locales.
- Eliminación de ultraprocesados y bebidas con sellos de advertencia.
- Reducción del desperdicio alimentario.
- Criterios científicos en la preparación y expendio, libres de intereses económicos o conflictos de interés.
En la práctica, esto obliga a las tienditas escolares a operar con estándares similares a los de empresas de catering o cadenas certificadas, sin contar con su infraestructura.
El programa Vida Saludable ilustra una tendencia que se repite en América Latina: la regulación sanitaria beneficia a quienes pueden invertir.
Otros países como Chile y Perú, el etiquetado frontal y las políticas antiobesidad también derivaron en una reconfiguración empresarial que favorece a los grandes grupos del sector.
JASA