Con una bandera de México ondeando al viento, los habitantes del poblado La Senthe, municipio de Actopan, salieron de sus casas para recibir al Ejército mexicano, que llegaba por aire con ayuda humanitaria.
Fue un momento de unidad, emoción y orgullo nacional, en medio de los estragos que dejaron las intensas lluvias que durante cuatro días azotaron al estado de Hidalgo.

El gesto se convirtió en el instante más patriota y conmovedor de la jornada. Hombres, mujeres y niños miraban al cielo con los ojos húmedos mientras el helicóptero descendía lentamente entre el lodo y los caminos anegados.
El cielo gris que había traído días de angustia se llenó de esperanza cuando la aeronave de la Secretaría de la Defensa Nacional tocó tierra cargada con alimentos, agua y medicinas para los pobladores que llevaban varios días incomunicados por los deslaves y el desbordamiento de ríos.
“Estamos en una situación difícil y se les agradece, y se les agradecerá si nos apoyan con lo poco que puedan. Es para todos los que estamos aquí viviendo esta situación. Hoy por nosotros, mañana por ellos”, dijo Teresa Hernández, habitante de La Senthe, mientras observaba cómo los soldados repartían las primeras despensas.
Desde el aire, eran visibles los estragos que dejaron las lluvias: puentes derrumbados, carreteras obstruidas por deslaves y ríos aún crecidos, con el agua descendiendo desde las partes altas de la sierra. Lo peor es que el mal tiempo amenaza con regresar en las próximas horas.

Otra de las comunidades que recibió apoyo mediante el puente aéreo fue Copal, en el municipio de San Bartolo Tutotepec, donde también se entregaron despensas y artículos de primera necesidad.
“Fue muy feo y estamos muy preocupados por cómo nos va a ir, por nuestros hijos, por nuestra familia. Vivimos lejos y no hay cómo trasladar los alimentos”, relató con voz entrecortada Victorina Pérez, habitante de la zona.

El momento más dramático se vivió en la comunidad de Polintotla, municipio de Tepehuacán de Guerrero, donde habitan familias de origen náhuatl. Una niña de dos años, de nombre Valentina, fue trasladada de emergencia a Pachuca en uno de los helicópteros militares, acompañada por su madre, Laura. La menor padecía una infección en las vías urinarias provocada por una bacteria.
“Ahorita estoy muy preocupada por mi hija. Está enferma y no tengo servicios médicos aquí. Me dijeron que la internara el viernes, pero se tapó el camino y no pude llevarla. Trae una bacteria y una infección de vías urinarias, y no sé cómo están sus riñones”, explicó la madre con la voz temblorosa.
Valentina llegó al aeropuerto de Pachuca, donde ya la esperaba una ambulancia para trasladarla de inmediato a un hospital, donde recibiría atención médica especializada.

En total, el Ejército mexicano desplegó 16 aeronaves y más de 100 elementos para llevar ayuda a las comunidades más afectadas por los deslaves y que permanecen incomunicadas. Desde el aire, las tripulaciones no solo transportaron alimentos y medicinas; también llevaron consuelo, auxilio y una chispa de esperanza a quienes lo habían perdido todo.

Entre el barro, las pérdidas y el dolor, la bandera sigue ondeando. Porque en Hidalgo, aun cuando todo parece caer, la esperanza siempre se levanta.

EHR