Cultura

El ‘escribidor’ que no se va

Café Madrid

A seis meses del fallecimiento de Mario Vargas Llosa, múltiples homenajes, reediciones de sus obras y las enseñanzas que dejó a las siguientes generaciones son muestra de un legado literario que ya es inmortalidad.

Por fortuna, el personaje que fue Mario Vargas Llosa (sobre todo en sus últimos años de vida, cuando su presencia era habitual en la prensa del corazón o cuando pedía el voto a favor de los candidatos de derecha en las más recientes elecciones de los países iberoamericanos) nunca pesó más que su obra.

No le ocurrió lo que a Camilo José Cela, por ejemplo, cuyo histrionismo mediático es más conocido que sus novelas. La mayoría de los libros de don Mario seguirán siendo reeditados y leídos y estudiados por su valor literario, sin importar la postura política o las contradicciones de la vida personal del autor.

La persona también pesa más que el personaje. Su magisterio, su generosidad y su respeto irrestricto por quienes estaban en las antípodas de su ideología (que, todo hay que decirlo, no era radical) están, asimismo, por encima de que haya sucumbido a lo que él mismo llamó la civilización del espectáculo.

Por eso no dejan de homenajearlo. El otro día, en la Casa de América de Madrid se reunieron la editora Pilar Reyes, el académico Rubén Gallo y el escritor Leonardo Padura para recordar al escribidor fallecido en abril.

Rubén Gallo es el responsable de que el autor de Pantaleón y las visitadoras haya ido a dar clases a la Universidad de Princeton. En el último curso que el Nobel impartió ahí, Gallo le propuso armar “una especie de laboratorio” en el que cada semana los estudiantes se echaran un clavado en el enorme archivo de Vargas que conserva esa universidad y extrajera algún documento para revisarlo y comentarlo.

“Todas las semanas hubo sorpresas. Una vez, por ejemplo, alguien llevó un poema que Mario escribió a los 15 años. Después de que la alumna lo leyera, Mario se sonrojó y dijo ay, qué vergüenza, qué cursi es eso. Pero con cosas como esa, a lo largo del curso los estudiantes le recordaron muchas cosas sobre su trayectoria, cosas que él redescubría. Mario fue un gran profesor, muy cercano a los alumnos, simpático, abierto, risueño, que trataba por igual a la señora de la cafetería que al presidente de la Universidad”, dijo Rubén Gallo, quien grabó varias de esas clases y luego las reunió en Conversación en Princeton (Alfaguara).

Pilar Reyes recordó que conoció al miembro de la generación del boom latinoamericano cuando ella comenzaba su carrera en Colombia. “En 1998 íbamos a lanzar Los cuadernos de don Rigoberto y él llegó a Bogotá para hacer la promoción y desde entonces nos hicimos amigos. Luego me vine a España en 2009 y me convertí en su editora. Así fue testigo de la enorme fragilidad que siente un autor como él cuando se somete a un editor después de acabar su libro. Él sabía lo que había querido hacer, pero no tenía la seguridad de lo que había hecho. Alguna corrección me la rebatía, pero siempre fue muy abierto para aceptarme otras”, explicó Pilar, la primera lectora profesional del trabajo del Nobel durante los últimos 15 años.

Leonardo Padura fue el último en hablar y dijo sentirse muy disminuido ante las intervenciones que lo precedieron. “Porque yo no fui ni editor ni amigo de Vargas Llosa. Yo sólo lo saludé un par de veces y he sido su lector”, aclaró el escritor cubano. “Bueno, también puedo decir que soy su discípulo, porque aprendí mucho leyéndolo. Es que él era un gran maestro de las estructuras narrativas. Miren: Conversación en la Catedral es una catedral literaria. O fíjense cómo en La guerra del fin del mundo nos manipula al grado de que parece que van a ganar los rebeldes y al final… ¡no ganan! Pero como narrador nos atrapó”.

El escribidor no se va (ni se irá) por el legado de su obra, como ya dije, y también por los constantes homenajes. Después de ser pospuesto por la inestabilidad política de Perú, el Congreso Internacional de la Lengua Española finalmente se llevará a cabo en Arequipa. Ahí, en su ciudad natal, su vida y obra serán las estrellas del evento pues se presentará el Diccionario Vargas Llosa, que recoge voces y términos de la obra del Premio Nobel 2010 y se reabrirá la Casa Museo Mario Vargas Llosa, ubicada en la Avenida Parra de su ciudad natal.

Además, la editorial Alfaguara acaba de publicar el tercer tomo de su obra periodística, El reverso de la utopía, que recoge sus artículos sobre América Latina y Oriente Medio. Y en noviembre la editorial Debate publicará su esperada biografía, de más de 700 páginas, que Gerald Martin escribió después de varios años de investigación.

AQ

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Víctor Núñez Jaime
  • Víctor Núñez Jaime
  • Es reportero y escritor. Sus trabajos, en todos los géneros periodísticos, se publican en los principales medios del mundo hispano. Es autor de libros como Los que llegan. Crónicas sobre la migración global (Debate) y ha sido galardonado, entre otros premios, con el Internacional de Periodismo “Mario Vargas Llosa”, el Premio a la “Excelencia Periodística” de la Sociedad Interamericana de Prensa o el “Rey de España” que otorga la Agencia EFE. Escribe en Laberinto desde hace dos décadas.
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Laberinto es una marca de Milenio. Todos los derechos reservados.  Más notas en: https://www.milenio.com/cultura/laberinto
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