Cultura

Hábitos de Zombi

Historias del cafetín del barrio

Ir a un lugar, a cualquiera, notar algo tirado en el piso y recogerlo para echarlo al bote de basura o entregárselo al encargado si es algo útil y estamos en un local; es una costumbre que, a veces, nos acompaña siempre.

Café Crèmerie, 615 North State Street, Chicago

“¿Por qué has recogido eso?”, pregunta a su pareja una mujer vestida de Spandex negro, atorada en la puerta giratoria, café en mano, refiriéndose con desdén a una goma elástica de coleta desechada.

“Porque estaba en el suelo”, le responde su pareja, mientras deposita la goma elástica en el mostrador, frente a la pantalla que registra las compras de los clientes.

También mi muy querida terapeuta intentó hacer que dejara de recoger los desechos de los demás. Una vez, en su despacho, me ordenó que dejara en el suelo un envoltorio de papel olvidado, que iba a depositar en la basura. “¡Pero Florencia!”, le dije. “Estaba en el suelo!”

No es tu problema, intentaba decirme ella, en aquel entonces. Pero los viejos hábitos... oh, ya sabes.

La tarde del incidente de la cinta elástica, seguía al trote los pasos de un amigo en el parque del Navy Pier de Chicago. Él buscaba espacio en el césped para que nos sentáramos a escuchar un concierto al aire libre.

Yo llevaba una caja con ensalada. Los paquetes de sal que había encima iban cayendo uno a uno. Con las manos llenas, me abstuve de agacharme para recogerlos.

Un gran avance, ¿verdad? Solo eran pequeños paquetes de sal, ¿correcto? Un ejemplo de todas esas pequeñas cosas por las que no vale la pena preocuparse.

Esa cinta elástica también pudo haber estado en el suelo de la cafetería todo el día hasta que la barrieran por la noche, y nadie se habría dado cuenta. De todos modos, ¿quién vuelve a una cafetería a recoger un elástico perdido?

Otro día, en la misma cafetería, un bebé agarra un gran bloque metálico de un juego de mesa Tic-Tac-Toe y lo golpea contra la mesita. ¡Pum! ¡Pum! ¡Pum!

Los hábitos de un bebé, con un poco de suerte, acaban muriéndose. Otra cosa es tratar de olvidar los paquetes de sal o las cintas elásticas que quedaron en el suelo.


Estos relatos también pueden encontrarse, tanto en inglés como en español, en el blog Third Place Cafe Stories (https://www.thirdplacecafestories.com), enfocado en “terceros lugares”, o espacios públicos informales que sirven de lugar de reunión y conexión para la comunidad.

Dorothy Dean Walton

Nació en Colquitt, Georgia. Graduada como B.A. en Letras Inglesas en la Universidad de Chicago, formó parte del consejo editorial de poesía de la revista ‘The Chicago Review’. Escribe ficción, guiones para cine y no-ficción creativa.

AQ

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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Laberinto es una marca de Milenio. Todos los derechos reservados.  Más notas en: https://www.milenio.com/cultura/laberinto
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