Cultura

Ana Blandiana: “La oposición al mal es la esencia de la poesía”

Entrevista

De visita en México, la escritora rumana Ana Blandiana expone los significados de ‘Se hace silencio en mí’, su libro más reciente, un clamor contra el estruendo que nos rodea.

La poeta, narradora y ensayista rumana Ana Blandiana vuelve a México, ahora a participar en el Festival Letras en San Luis Potosí, acompañada de su más reciente poemario Se hace silencio en mí.

Premio Princesa de Asturias de las Letras 2024, compartirá el encuentro literario en la ciudad potosina con una veintena de escritores, entre ellos la nicaragüense Gioconda Belli y la chilena Diamela Eltit, nacidas como ella en la década de los 40 del siglo pasado y, como ella, perseguidas por los dictadores de sus respectivos países.

Aunque el festival, que auspicia el ayuntamiento de San Luis Potosí y cura el poeta y editor Víctor Manuel Mendiola, se enfoca exclusivamente en la lectura de obra por los autores invitados, Blandiana prevé que, a través de la poesía, podría darle un carácter simbólico a la solidaridad con Gioconda Belli, exiliada en España y despojada de su nacionalidad por el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua. “La existencia del mal —que las dictaduras de cualquier tipo demuestran— no es una coincidencia, sino una constante de la historia, y la oposición al mal es en sí misma la esencia de la poesía”, declaró en entrevista exclusiva con Laberinto, con apoyo en la traducción de Viorica Pâtea, quien también prologó —y vertió al español con Natalia Carbajosa— el nuevo poemario de Blandiana editado por Visor.

Blandiana (Timișoara, 1942) visitó por primera vez México en 1996 en representación del PEN Club Rumano en el 63 Congreso del PEN Club Internacional en Guadalajara, rechazando entonces su postulación como presidenta del organismo mundial; volvió en noviembre de 2017 a esa ciudad para la Feria Internacional del Libro. Ahora viaja a SLP para leer su poesía.

Apoyada desde 2021 por el alcalde Enrique Francisco Galindo Ceballos, la edición 18 del Festival Letras en San Luis se llevará a cabo en la capital potosina del 24 al 28 de noviembre con la participación del italiano Valerio Magrelli y los españoles Amalia Bautista y Jorge Carrión, así como de los mexicanos Rosa Beltrán, Hermann Bellinghausen, Ana Clavel, Guillermo Fadanelli, Ángeles Mastretta, Alberto Ruy Sánchez, Luis Tovar, Liliana Blum, Mónica Nepote, Jorge Valdés Díaz-Vélez, Celeste Alba Iris, Lilia Ávalos, Nuria Kaiser y Francisco Márquez, los cuatro últimos originarios de San Luis Potosí.

¿Qué expectativas tiene sobre el Festival Letras en San Luis Potosí?

Pienso con alegría que no solo descubriré otra ciudad de México, de cuya belleza he oído tanto, sino que también leeré poemas para gente que ahora no sabe nada de mí, pero a la que después podré considerar como amiga.

Usted es poeta, narradora y ensayista, ¿cuál es su género predilecto para acercarse, para conectarse más a un público con su obra?

En público, he leído únicamente versos. Al menos para mí, cada lectura es un examen y una verdadera experiencia existencial mediante la cual el misterio de la poesía se transmite o no se transmite. Una vez me ocurrió en Portugal en una sala que empezó a aplaudir después de haber leído un poema en rumano, aunque nadie hablaba rumano. En la poesía todo es un milagro.

Llegará a México con la publicación de su nuevo libro Se hace silencio en mí. ¿En su lectura, incluirá poemas de esta obra?

Sí, leeré de este libro reciente. Y le estoy agradecida a Viorica Pâtea y Natalia Carbajosa por haberlo traducido tan rápido mientras aún recuerdo el estado de ánimo con el que lo escribí.

Sobre su título, ¿el silencio no es la antítesis de la poesía en usted?

No, en absoluto. Los fragmentos de silencio son justamente la materia prima de la que están construidos los poemas, fragmentos que las palabras no hacen más que delimitar.

¿Se hace silencio en mí es su respuesta, su rebelión ante el silencio definitivo?

Al contrario, es mi respuesta al estruendo que me rodea y me impide comprender lo que debe ser comprendido. El silencio es la antesala de la comprensión.

Hay muchos poemas en el libro cuyo tema es la muerte. ¿Hay en usted temor a la muerte?

Es mucho más curiosidad que miedo. Todo el libro es una descripción de la vida como un fragmento situado entre dos eternidades desconocidas: la de antes de nacer y la de después de la muerte. La poesía siempre explora.

“Quizás he muerto y lo he olvidado” es un verso muy duro. ¿Este verso es una resignación, una respuesta, ante el misterio de estar viva?

Sí, lo ha dicho bien. La poesía puede ser vista como una respuesta, misteriosa en sí misma, frente al misterio de la vida que incluye también la muerte. Una respuesta luminosa.

¿Cómo ha logrado sobrevivir en usted y en su poesía la espiritualidad, como en su poema “En una exposición”, donde el diente de león ha sobrevivido a “varias revoluciones, dos guerras mundiales, incontables terremotos, dos pandemias”?

¡Qué pregunta tan hermosa, que ni siquiera necesita respuesta porque la contiene en sí misma! El misterio de la poesía está hecho de la misma sustancia que el misterio de la fe en Dios, igual que el misterio de la explicación científica del nacimiento del universo. Los grandes científicos que han logrado penetrar en la esencia de la materia hablan casi como los grandes místicos.

Sombras, ángeles, unicornios y pegasos, muchos seres con alas deambulan en los versos de Se hace silencio en mí. ¿Por qué decidió llevar esta compañía, su propia mitología, en este libro?

Todos estos personajes existen no solo en este libro, sino en todos mis libros y, de un modo u otro, incluso en todos los poemas del mundo. La poesía no es una cuestión de originalidad, sino de búsqueda y, en raras ocasiones, de hallazgo del núcleo único, inexpresable.

En su nuevo libro hay furia hacia las palabras, incluso usted llega a compararlas con cucarachas, con esos seres a los que queremos expulsar de nuestras vidas, pero nos sobreviven ¿por qué?

Porque se habla tanto, que la función de la poesía ha pasado a ser la de restablecer el silencio.

El pesimismo en Se hace silencio en mí me recordó el de César Vallejo cuando escribió: “Murió mi eternidad y estoy velándola”. ¿Está usted velando en este libro a su eternidad?

No creo que esté tan segura como Vallejo de que la eternidad me pertenezca. Me he acostumbrado a transformar el tiempo en historia, y ahora, cuando se habla del fin de la historia, ya no me atrevo a estar segura ni siquiera de la eternidad. De todos modos, para la poesía, está ligada al poder de la lectura, pero no tengo suficiente imaginación para imaginarme en el futuro a la humanidad que lee.

Una parte importante del Festival Letras en SLP es la presentación de los autores invitados en universidades públicas locales ante auditorios con frecuencia politizados. ¿Usted cree en la política antes que en la literatura?

No, de ningún modo. Solo que, obsesionada con todo lo que es humano, no puedo abstraerme de la política, esta ocupación de los hombres obligados a ir más allá de la soledad.

En esta ocasión también estarán en SLP la nicaragüense Gioconda Belli y la chilena Diamela Eltit, ambas, como usted, enfrentaron dictaduras, las tres de la misma generación y mujeres. ¿Qué representa esta coincidencia para usted?

Coincidencia es solo el hecho de que las tres seamos mujeres. La existencia del mal —que las dictaduras de cualquier tipo demuestran— no es una coincidencia, sino una constante de la historia, y la oposición al mal es en sí misma la esencia de la poesía.

¿Cómo han sido sus diálogos y experiencias con escritores en otros países y en otras lenguas que han padecido dictaduras o exilios?

Mucho más interesantes y profundas que los intercambios de ideas y experiencias con los escritores del mundo libre, donde la libertad ya no es un ideal, sino que se ha vuelto perezosa y la indiferencia crece sobre las almas como el musgo en la corteza de los árboles del norte.

¿Cree que la participación de usted, de Belli, de Eltit pueda darle un cariz más político al festival, solidario, por ejemplo, con Gioconda, a quien la dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua la obligó al exilio y la despojó de su nacionalidad?

Creo que poner juntas a las víctimas de dictaduras de sentido contrario esencializará la discusión y el debate; lograremos ver que las víctimas son del mismo tipo, que quienes no renuncian a la libertad se oponen de la misma manera al terror, venga este de la izquierda o de la derecha. Y el hecho de que esta oposición sea, en nuestro caso, a través de la poesía, le da un carácter verdaderamente simbólico a nuestra solidaridad en nombre de la Belleza y del Bien. Lo que los antiguos griegos llamaban kalokagathía.

Regresa con el Premio Princesa de Asturias. ¿Cómo le ha cambiado la vida un premio así, tan importante para la cultura de España y los países de América Latina?

Mi vida no ha cambiado. Lo que ha cambiado es la mirada de los demás sobre mi vida y mis libros.

AQ / MCB

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Laberinto es una marca de Milenio. Todos los derechos reservados.  Más notas en: https://www.milenio.com/cultura/laberinto
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