La dramaturga y directora Itzhel Razo estrenará la obra 'Furias: Medea, mi madre y yo' en el contexto de los 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género impulsados por la ONU, que inician este 25 de noviembre.
En fusión, teatro y danza retoman el mito griego de 'Medea' desde la perspectiva de las Furias (personajes de la mitología griega que persiguen los crímenes) y la protagonista, encarnada por Razo.
“Hay dos puntos de partida que yo utilizo para este montaje. El primero es una versión de un historiador que dice que Medea no asesinó a sus hijos sino a Creúsa y al rey, padre de esta. Como venganza, los corintios matan a pedradas a los hijos de Medea y Jasón, y le piden a Eurípides que cambie la historia, y esa es la que conocemos”.
El otro punto que Razo tomó fue el de la historia de la madre asesina:
“Me parece interesante porque hay muchas Medeas contemporáneas, madres mantis que devoran a sus hijos, narcisistas, egoístas, que si bien no los asesinan como en el mito, simbólicamente los ven como una extensión de ellas mismas.
“Al no poderlos mirar desde una otredad terminan devorando a sus propios hijos quienes muchas veces terminan en suicidios, adicciones, drogadicción, en cosas muy fuertes que los llevan a acabar con su vida porque finalmente es la herida materna la que marca su relación con el mundo, entonces me parecía muy interesante hablar de estas madres que piensan ‘si yo lo parí, puedo hacer lo que quiera’”.
Razo dice que en su obra no existe el interés por los celos ni por el personaje de Jasón
“ni por un asunto de amor o rivalidad con otra mujer, sino que nos vamos al interior de la maternidad, ese deseo que las madres han atravesado, lo difícil que es tener hijos, criarlos, los pensamientos oscuros que todas las madres han pasado”.
El hilo conductor
Cuenta que cuando comenzó a escribir esta obra vio documentales, entrevistas de madres que han asesinado a sus hijos, “mujeres que lo han hecho porque no han tenido una opción, porque muchas veces tiene que ver una figura masculina en turno, porque se han sentido desesperadas, porque no han tenido condiciones para mantener a sus hijos, entonces se vuelve más complicada la ecuación”.
Considera que no hay que sintetizar la situación y decir que a Medea le dieron celos y mató a sus hijos por vengarse de Jasón porque:
“es reducir todo un universo que puede ser mucho más interesante y que nos aleja de la comprensión del universo que vivimos las mujeres y la violencia simbólica y sistémica que hemos vivido a través de la historia.
“Creo que todas las madres, en los momentos más críticos de la maternidad han tenido pensamientos terribles porque no es fácil maternar, eso es lo que nos interesa indagar, las pasiones femeninas pero no desde un punto de vista masculino en donde operen en relación a un hombre sino al contrario, el de un lugar de honestidad y planteamiento con nosotras mismas”.
La directora dice que hay muchas Furias pero las que más han trascendido a lo largo de la historia son Celos, Venganza e Ira.
“En esta obra agregamos una cuarta que es Resentimiento. En realidad son emociones femeninas que nacen de una disputa familiar, de una disputa entre un hombre y una mujer”.
Agrega que las Furias llevan el hilo conductor de la historia. “El personaje principal es el yo, como autora, las invoco para tratar de entender la relación con mi madre tomando como pretexto a Medea, la peor madre de Occidente para tratar de entender a todas las que no han querido serlo o han abordado la maternidad desde un lugar distinto, las madres negras, las que no necesariamente es la que hemos conocido, las aprobadas socialmente”.
“Yo las revivo, las invoco para traerlas al presente porque creo que están muy vivas con la época de las denuncias, de las cancelaciones, de las redes sociales, de esta campaña viral que existe de hate, de odio porque estamos en un momento que todo es buscarle lo negativo a todo”, concluye.
La obra tendrá una temporada del 28 de noviembre al 7 de diciembre en el Cenart, y del 16 al 21 de diciembre en el Teatro Benito Juárez.