A mediados de 2025, Javier "El Chicharito” Hernández pasó de consolidarse como un ídolo del fútbol mexicano a convertirse en el protagonista de una de las múltiples "funas" que abundan en el terreno digital. ¿El motivo? Una serie de comentarios que conformaron un discurso machista respecto al rol de las mujeres en la sociedad.
En cuestión de minutos, los videos en donde el delantero del Chivas utilizó el concepto de “energía femenina” como sinónimo de labores y cuidados del hogar se viralizaron, desataron múltiples reacciones pero sobre todo un debate sobre el tipo de contenido que se difunden en dichas plataformas.
Si bien el avance tecnológico ha facilitado múltiples tareas comunicativas que antes eran impensables, la violencia de género también ha encontrado en el terreno digital un espacio para proliferar a través de discursos machistas y misóginos que, de alguna u otra forma, están construyendo las masculinidades de las nuevas generaciones, aquellas que nacieron con un dispositivo inteligente en mano.
La construcción de masculinidades en la era digital
Desde El Chicharito Hernández y hasta el de Lex Ashton, el joven de 19 años miembro de la comunidad incel que asesinó a un estudiante al interior del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Sur, se han convertido en el claro ejemplo de cómo las narrativas que se imprimen en redes sociales tienen impacto en el mundo fáctico.
“Lo digital también es real, tiene consecuencias factibles”, reflexionó Laura Alejandra Pedraza, Doctora en Estudios Críticos de Género de la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México.
En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres, mejor conocido como 25N, la también coordinadora de vinculación e incidencia del Centro de Estudios de Género y Feminismos (Cecrige) puso sobre la mesa cómo la violencia de género se ha arraigado en espacios digitales y ha influido en uno de los ejes más importantes para las sociedades actuales: la construcción de masculinidades.
el dato...¿Qué es la masculinidad?
Se entiende como una serie de significados de orden social que son dinámicos y se van construyendo de acuerdo a las necesidades y también por la interacción de unos con otros. En palabras más simples, es la interpretación de lo que "implica ser hombres".
De acuerdo con un artículo de la Universidad Nacional Heredia de Costa Rica, la construcción de la masculinidad y feminidad ha marcado la historia y ha dado curso a un trato desigual entre hombres y mujeres pues, la distinción superior / inferior entre los géneros ha promovido en la cultura una percepción, desde el patriarcado, orientada a establecer una relación de poder.
En ese sentido, la difusión de discursos machistas y misóginos en redes sociales dicta la forma en la que las masculinidades se están construyendo, un factor que está relacionado con la representación masculina que existe en dichas plataformas.
“Es el peso de la representación cultural, la forma en la que entendemos nuestra realidad es a través de las ficciones, de los medios, de lo que consumimos”, abundó la Doctora Alejandra Pedraza.
Discursos como el de El Chicharito Hernández o incluso el de otros influencers como Luis Castilleja, mejor conocido como El Temach, pueden convertirse en los referentes de decenas, cientos o miles de internautas sobre lo que implica o no, ser un hombre.
Al tiempo, el auge de comunidades digitales como los célibes involuntarios, autodenominados como incels, no sólo avivan el sentido de pertenencia de quienes han elegido construir su masculinidad con base en discursos misóginos sino que también alertan sobre la posibilidad de llegar al extremismo, aquel en donde dichas ideas plasmadas en un foro digital trascienden de la pantalla a una escena del crimen, tal y como ocurrió en el CCH Sur.
La Doctora Michelle Gama Leyva, quien dirige el Centro de Estudios Críticos de Género y Feminismos (Cecrige) en la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México identifica a los incels como una respuesta visceral a un problema estructural toda vez que los jóvenes no están no encontrando la representación de nuevas masculinidades en redes sociales.
Dicho factor ha llevado al Cecrige a identificar una proliferación de discursos conservadores en redes sociales, lo cual vincula a diversos factores, entre los que destacan: 1) la derechización de gobiernos a nivel mundial y 2) la reducción de privilegios a aquellos grupos que creían tener el uso legítimo de la violencia y que ahora son cuestionados.
De este modo, puntualizan, es necesario crear una conciencia entre internautas para que sean capaces no sólo de identificar los discursos de odio que proliferan en redes sociales, sino también de reconocerlos como posturas e ideas que grupos ultra conservadores buscan retomar al verse amenazados.
Pese a que el impacto de la violencia digital no se traduce en primera instancia en agresiones físicas, lo cierto es que, los discursos machistas y misóginos que se promueven en dicho terreno merman en la sociedad.
El panorama de la violencia digital en México
La violencia de género contra las mujeres y las niñas es una forma universal de discriminación basada en el género y una violación de los derechos humanos impulsada por los desequilibrios de poder. el patriarcado y la misoginia, según un reciente informe de ONU Mujeres.
Actualmente, el uso de las tecnologías de la información y la comunicación, así como la violencia de género en línea, agravan formas existentes de violencia como el acoso sexual y la violencia en pareja, además de que han introducido nuevas formas de ejercerla.
Cifras del Módulo sobre Ciberacoso del Inegi refieren que, en el último año, 18.9 millones de personas de 12 años en adelante usuarias de internet fueron víctimas de ciberacoso. De dicha cifra, 8.3 millones fueron hombres y 10.6 millones mujeres.
"Existen diversos factores que hacen que el espacio digital sea un medio atractivo para que los agresores decidan perpetrar este tipo de violencia. La escala, la velocidad y la facilidad de la comunicación por internet, junto con el anonimato, pseudoanonimato, la asequibilidad, la impunidad y la responsabilidad limitada contribuyen a facilitar este tipo de acciones", explica el informe de ONU Mujeres sobre violencia digital.
El ciberacoso no es la única expresión de la violencia digital, existe también la difusión de discursos de odio, la difamación o la violación a la intimidad sexual, los cuales causan graves daños y sufrimientos psicológicos, físicos, sexuales y/o económicos que incluso llegan a tener efectos paralizadores, es decir, impiden que las mujeres tengan una participación plena e igualitaria en la vida pública.
Aunque existen grandes avances para sancionarlos como la Ley Olimpia, lo cierto es que el avance tecnológico da pasos agigantados en comparación a las legislaciones en la materia. Como por ejemplo, el uso de la Inteligencia Artificial para simular contenido sexual no consentido.
“¿Cómo se tipifica algo tan grande y tan abstracto?”, se cuestionan las académicas del Cecrige. Si bien la respuesta es multifactorial, información recabada por la periodista Azucena Rangel para MILENIO apuntan a que en 2025 se lograron las primeras dos sentencias condenatorias por ejercer violencia de género a través de la inteligencia artificial en México.
Desde distintas trincheras resiste la apuesta por combatir la violencia de género, no obstante, identificarla y entenderla desde el terreno digital es también fundamental no sólo para no retroceder en la lucha feminista sino también para abrir paso a nuevas masculinidades.
ATJ