En el laboratorio de Pruebas Especiales e Investigación de la Oficina de Ciencias Forenses de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), en Virginia, los técnicos analizaron miles de muestras de fentanilo, heroína y cocaína incautadas entre 2023 y 2024.
Los resultados, plasmados en tres reportes oficiales de reciente publicación, revelan un patrón consistente: las drogas que llegan a Estados Unidos son cada vez más puras y elaboradas con métodos más sofisticados.
Los análisis forenses muestran que el fentanilo incautado en la frontera suroeste se fabrica con técnicas estandarizadas y alcanza concentraciones capaces de matar con una sola pastilla.
En el caso de la heroína, particularmente la producida en México, se refina para competir en un mercado saturado de opioides, con purezas que rozan el 80 por ciento.
Mientras que la cocaína colombiana, llega con niveles récord, casi sin adulterantes, transportada por rutas marítimas que abastecen a todo el continente.
Pero esa pureza se diluye una vez dentro de Estados Unidos. Es en el nivel minorista, cuando los cargamentos se fragmentan en lotes pequeños, donde ocurre el “rebaje”: y es que más del 70 por ciento de las muestras de 50 gramos analizadas por la DEA estaban adulteradas.
Fentanilo: la materia prima de la sobredosis
El Programa de Perfilado de Fentanilo (FPP, por sus siglas en inglés) de la DEA identifica a la frontera suroeste como el principal corredor de entrada para el fentanilo ilícito que abastece al mercado estadunidense. Pero este opioide sintético no llega como un producto adulterado de baja calidad, sino como un compuesto calificado como “de pureza excepcional”.
El análisis de muestras incautadas en Puertos de Entrada revela un producto fabricado con métodos de síntesis avanzados y evidencia de producción a escala industrial. Mientras el fentanilo en polvo incautado a nivel nacional promedia 19.7 por ciento de pureza, el proveniente de la frontera con México alcanza el 46 por ciento.
En El Paso, Texas, se localizaron muestras con una pureza del 82.5 por ciento, nivel que los forenses califican como “notable calidad”. No es el producto final que consume el adicto en la calle: es materia prima mayorista que luego es cortada para multiplicar su distribución.
Del laboratorio a la "fábrica"
La DEA documenta que los cárteles han perfeccionado la fabricación del fentanilo hasta convertirla en un proceso casi farmacéutico. Casi toda la producción fronteriza utiliza el “Método Gupta modificado”, una ruta de síntesis que emplea borohidruro de sodio como agente reductor. Este compuesto es más seguro y fácil de manejar que los utilizados anteriormente, lo que facilita la producción a gran escala.
Además, el informe destaca el uso creciente de precursores protegidos con grupos t-BOC como estrategia para evadir controles internacionales. Estos compuestos “camuflados” permiten ocultar la identidad química durante el transporte. Una vez en el laboratorio, el grupo t-BOC se elimina fácilmente para activar el precursor.
Esta técnica se detectó en el 65 por ciento de las tabletas y en el 36 por ciento de los polvos analizados en 2023.
La homogeneidad química —mismo método de síntesis, mismos diluyentes como acetaminofén (95 por ciento) y manitol (93 por ciento)— indica que ya no se trata de laboratorios artesanales, sino de centros de producción con protocolos industriales.
La dosificación de las tabletas es consistentemente de 2.3 miligramos, lo que sugiere un proceso de mezcla y prensado controlado.
El uso sistemático de excipientes en todos los cargamentos fronterizos indica compras a gran escala, como lo haría una empresa farmacéutica. La capacidad de producir miles de kilogramos de polvo y millones de tabletas con las mismas características químicas solo es posible en instalaciones con equipos y procedimientos estandarizados.
Aunque el informe no habla de "fábricas legítimas", la evidencia forense apunta a instalaciones con disciplina técnica, control de calidad y estandarización de procesos.
Los tres puntos críticos de la frontera
La DEA identifica tres Puertos de Entrada como focos de tráfico masivo:
- Otay Mesa (California): 463.7 kg de tabletas en solo cinco envíos.
- Nogales (Arizona): 197.7 kg de tabletas.
- El Paso (Texas): Muestra de polvo con pureza récord del 82.5 por ciento.
Heroína mexicana, cada vez más pura
Ante el embate de los opioides sintéticos, los cárteles mexicanos han optado por reposicionar su producto: ofrecer heroína de mayor pureza y menor riesgo percibido. El Informe Anual de Heroína 2024 de la DEA señala que México fue el origen del 82 por ciento del total de heroína incautada y analizada por el programa de firma química (HSP).
A pesar de la reducción en el cultivo de amapola, el país mantiene el control casi absoluto del suministro, con dos productos diferenciados por región.
En la Costa Oeste predomina el “alquitrán negro” (MEX/T), con una pureza promedio del 41 por ciento. En la Costa Este domina la “heroína blanca” (MEX-SA), un polvo refinado cuya pureza promedio alcanzó el 79 por ciento en 2024, un aumento de 13 puntos respecto al año anterior.
Las muestras MEX-SA también mostraron una reducción del 25 por ciento en la adulteración con fentanilo, lo que refuerza la hipótesis de una estrategia deliberada para competir en calidad frente a los opioides sintéticos.
Sin embargo, en el nivel callejero, es otra historia. Más del 70 por ciento de las muestras menores a 50 gramos estaban adulteradas.
El fentanilo sigue presente en miles de exhibiciones, y la xylazina —un sedante veterinario no autorizado para humanos— se consolida como una amenaza silenciosa. Detectada en 697 muestras, en algunos casos alcanzó concentraciones de hasta 37 por ciento, asociadas a lesiones dérmicas graves y complicaciones en la reversión de sobredosis.
Cocaína: Colombia mantiene el monopolio y la pureza
Los cárteles colombianos han optimizado la producción de cocaína hasta alcanzar niveles de refinamiento no vistos en una década.
El Annual Cocaine Report 2024 (PRB-2025-42) revela que los laboratorios de la DEA analizaron 97.5 toneladas métricas de la sustancia, con una pureza promedio del 84 por ciento. En cargamentos mayoristas (más de 10 kilos), la cifra se elevó al 88 por ciento, el punto más alto desde 2014.
El dominio colombiano es abrumador: el 84 por ciento de la cocaína incautada en suelo estadunidense se produjo en Colombia. Dos regiones concentran la producción: el Suroeste (Col-SW), con epicentro en Nariño (42 por ciento), y el Norte (Col-North), liderado por Norte de Santander (25 por ciento). Perú aportó apenas el cuatro por ciento, y Bolivia desapareció del mercado doméstico estadunidense en 2024.
Una tendencia clave es la caída del levamisol (PTHIT), adulterante veterinario que marcó la cocaína callejera durante años. Su presencia cayó del 40 por ciento en 2020 al 5.3 por ciento en 2024. Hoy, el 97 por ciento de la cocaína mayorista llega sin agentes de corte, lo que indica una cadena de suministro más eficiente y un producto destinado a ser rebajado en su último eslabón.
El informe también identifica dos rutas marítimas dominantes:
- Pacífico Oriental (EPAC): 20.7 toneladas, pureza del 90 por ciento, sin adulterantes. Ruta del productor, con predominio de cocaína del Suroeste colombiano.
- Caribe: 12.1 toneladas, pureza del 87 por ciento, con un 3 por ciento aún contaminado con PTHIT. Ruta del Norte colombiano, especialmente de Norte de Santander.
ROA