Si no hay algo que de última hora lo impida, los alcaldes de San Pedro y Monterrey podrán hacer realidad junto con el gobernador de Nuevo León ese conjunto de obras viales que aminorarían la ya estrangulada movilidad de nuestra ciudad metropolitana.
Para Adrián de la Garza y Mauricio Fernández representa la gran oportunidad en un momento histórico para concretar los proyectos.
Solo están esperando la respuesta del gobernador, quien fijará el día o la hora de esta semana para reunirse los tres y definir con qué puede participar el Estado, al tratarse de obras metropolitanas y costosas, por supuesto.
No es cosa menor lo que busca construirse, como la bajada de la Diana Cazadora, siempre caótica en horas pico, es un proyecto como de 500 millones de pesos al menos. Después unir las vialidades desde San Francisco, la vía que conduce al Club Industrial, y poder integrar hasta Ricardo Margáin.
El más importante es el que busca unir la zona de Valle Oriente en San Pedro con la Macroplaza en Monterrey.
En realidad es música para los oídos de los ciudadanos, escuchar que tres autoridades se pongan de acuerdo, aun y cuando pertenecen a tres orígenes políticos distintos, para concretar proyectos en beneficio de todos.
Hasta este momento, cabe destacar, solo ha sido retórica, incluso solo Hernán Villarreal se ha presentado a las reuniones para escuchar a los alcaldes, y ha dejado entrever que el Gobierno estatal o pone dinero o pone predios para apoyar con las obras.
Lo que queda es confiar en lo dicho por el alcalde panista y el priista, porque a su vez sienten la confianza en que el mandatario estatal unirá la acción a la palabra, y después de la reunión puedan anunciar los acuerdos y la fecha de inicio de las obras.
La otra gran tarea la tiene De la Garza, porque anunció que a más tardar en septiembre iniciarán las obras para aliviar, aunque sea de manera parcial, la problemática del flujo de autos por la carretera Nacional.
Al menos hace 15 o 20 años ese enorme cuello de botella se ha convertido en una promesa frecuente de candidatos de todos colores, y aunque se ha estado cerca, e incluso se han avanzado los proyectos ejecutivos, todo ha quedado en palabras.
Ojalá que esta semana se concreten los acuerdos, se pase de las ilusiones a las acciones, porque mientras eso no ocurra, el presente nos habrá alcanzado, y seguiremos al borde del colapso vial.
Habrá que cruzar los dedos.