La repentina renuncia al Partido Acción Nacional, presentada el viernes por Jesús Nava parece haber sorprendido a todos.
El alcalde de Santa Catarina rompe con esta decisión una especie de código o regla no escrita en los municipios metropolitanos, y más tratándose de ese partido que mantiene desde hace dos décadas su hegemonía en esos lugares, al igual que en San Nicolás.
Algo similar ocurre en Escobedo y Guadalupe, donde igual que en los antes mencionados, también se han convertido en reductos importantes para grupos cercanos que hacen una especie de sucesión.
¿Por qué renunció? ¿Es real entonces que todo gira en torno a desarrollo urbano? ¿Será que se cansó de no ser un alcalde en toda la extensión de la palabra, sin tener que obedecer al grupo? ¿Acaso escuchó el canto de las sirenas y pronto se unirá a Movimiento Ciudadano? ¿Es casualidad que el mismo viernes llegara un oficio de la Unidad de Inteligencia Financiera estatal para pedir información de los anteriores alcaldes en ese municipio? Abundan las preguntas.
Lo cierto es que ahora es toda una interrogante la reacción de sus correligionarios. En el caso de Santa Catarina es muy marcado un vínculo afectivo y efectivo entre Víctor Pérez, Héctor Castillo y Jesús Nava. Crecieron juntos profesional y personalmente, hicieron carrera política y juntos confeccionaron una fórmula que parecía no romperse.
Dicen que el que se olvida de dónde viene no sabe a dónde va, y de ser así, quienes deberán estar atentos son aquellos que votaron por él, también aquellos que aún escépticos hoy son gobernados por su administración.
Lo deseable es que Jesús Nava no se guarde nada, y que se prepare porque si la presión del grupo político al que pertenece aumenta, no le será fácil gobernar.
Lo deseable también es que este acontecimiento sea por una enojo genuino, por un deseo impedido de hacer lo mejor por Santa Catarina, y no por otros motivos.
Parece que, por otro lado, hay un aprendizaje en todo esto, pero serán los mismos grupos que encabezan los partidos, los que deberán estar atentos ante una eventual intervención de fuerzas externas.
Cosas del quehacer político local. Veremos.
Víctor Martínez