Política

En salud mental, el diagnóstico no basta

Algo habrá que hacer y pronto por la salud emocional de la ciudad metropolitana donde vivimos.

Los datos más recientes no parecen alentadores, al menos en Nuevo León. Hasta la semana 26 del año, los casos de depresión en el estado suman 3 mil 289, un incremento del 18 por ciento respecto al mismo periodo del 2024, cuando se reportaron 2 mil 786.

En términos prácticos, traducido en tiempo real, se calculan 126.5 diagnósticos nuevos por semana, o si lo prefiere, 18 personas al día que reciben la noticia de que lo que sienten tiene nombre: depresión.

En otros lugares del país, incluso en metrópolis como la nuestra, la realidad es otra. De hecho a nivel nacional, la tendencia es inversa. México reporta 76 mil 109 casos hasta la misma semana, un descenso del 3.62 por ciento respecto al año anterior. En promedio se trata de 2 mil 967 diagnósticos por semana, o 418 por día.

¿Qué está pasando en Nuevo León?

Tal vez nuestra forma de vivir no sea la adecuada. El estrés crónico, la presión social, la exigencia de productividad, la creciente crisis de movilidad y el alto índice de divorcios en la entidad son algunos de los factores que detonan esta realidad.

La pandemia, además, dejó una estela invisible: la herida emocional. De ahí que carreras como psicología y psiquiatría hayan visto una demanda sin precedentes. La salud mental dejó de ser un lujo y se volvió necesidad básica.

Por fortuna hay indicios que parecen ser un avance, como el hecho de que a diferencia del pasado, en los círculos sociales, las escuelas, los centros de trabajo, ya se habla con mayor apertura de lo importante que es acudir a terapia o a consulta con especialistas.

Antes, reconocerlo era como asumir que “estabas loco”, o que no encuentras la salida y eso te vuelve débil.

Parece un avance reconocer que se requiere ayuda, pero hoy que tanto se habla de salud mental, los datos y los testimonios nos dicen que aún queda mucho por hacer.

A todo lo dicho en los párrafos anteriores habrá que agregar un agravante; las adicciones ya casi no pueden separarse de los casos de trastornos emocionales, lo que hace de la misión de sanar, toda una odisea.

Habrá que tomar acciones y no solo conocer el diagnóstico, pasar a los remedios.

Antes de que sea tarde.


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Víctor Martínez Lucio
  • Víctor Martínez Lucio
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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