Se han cumplido dos semanas desde la aplicación de la fase 2 de la reactivación económica en Tamaulipas. Como es conocido, se dio oportunidad a los cines, centros de entretenimiento y gimnasios para recibir clientes, además de permitir el libre paso a parques públicos y playas.
Esta determinación autorizada a partir del pasado 1 de octubre para los municipios de Tampico, Ciudad Madero, Altamira y Matamoros, con vigencia en toda la entidad, acrecentó la movilidad de ciudadanos a diversos negocios. Acompañados de niños (en algunos casos), hubo quienes aprovecharon la relajación de las medidas para salir un poco del confinamiento.
El miedo manifestado en un sector de la población a través de las redes sociales, se argumentaba en el número de casos por covid-19 que, dan por un hecho, se dispararán con la referida determinación. Mientras tanto, el reporte oficial de la Secretaría de Salud estatal y avalado por el gobierno federal, es que los contagios vienen a la baja.
Así, al dar un recorrido por el centro de Tampico, avenidas principales como la Hidalgo, Ejército Mexicano, bulevar Adolfo López Mateos, donde se concentran las tiendas departamentales, supermercados y desarrollos comerciales, los tamaulipecos de la región sur consumen y aportan un poco a mejorar la situación de un mercado contraído por la pandemia.
Sin embargo, la afluencia no se encuentra en los rangos que pesimistas o alarmistas imploran con desmedida insistencia. Sí hay más gente, eso es evidente, pero no se han visto abarrotados.
Otro tema es la cultura heredada por el coronavirus. Uso de cubrebocas, sana distancia, toma de la temperatura, cumplimiento a los protocolos de ingreso y salida. Hay un orden y se obedece como tal; ningún negocio es flexible y tampoco el ciudadano da pie a relajarlas.
En resumen: la nueva realidad o normalidad, como usted guste llamarle, sí es posible, sí se puede convivir en este nuevo tipo de vida. Bajo estos lineamientos, si se hacen las cosas bien se puede disfrutar de una buena película, de una caminata al aire libre, que comprar ropa, zapatos o cualquier artículo, incluso salir a comer o cenar.
Hay ciudadanos quienes entienden este entorno, se cuidan y siguen su rutina.
