El presidente francés Macron describió la actitud de los gobiernos ante el covid: “Estamos en guerra”. Aunque el covid da batalla sin tregua, la política sigue inmune.
Los políticos se las arreglan para favorecerse del covid: fortalecen el autoritarismo y enferman a la democracia. Imponen “una nueva normalidad”: confinamiento, anulación del derecho al libre tránsito, clausura de actividades grupales, cierre de la economía, cancelación o postergación de procesos electorales, en vez de efectuarlos por internet. Nada de esto es normal. El autoritarismo –so pretexto de la pandemia– se expande hacia el control digital de los ciudadanos.
Bajo “la nueva normalidad” eclosiona una cultura digital que aparenta servir a la sanidad: la información ciudadana a través de sus propios registros digitales nutre la autosumisión. En las clases sociales pudientes se cuentan miles de esclavos gozosamente sujetos a los aparatos electrónicos que les dictan rutinas de ejercicio, del ritmo cardiaco, la nutrición, etcétera. Con el covid, la tecnología digital también impone a dónde ir y con quién. En Taiwán, el gobierno utiliza los celulares para establecer “vallas electrónicas” aislantes de posibles infectados. En China, la identificación facial se usa en la vigilancia epidemiológica. En España, la aplicación móvil Radar Covid registra prácticamente todo. Regalar esos big data a las redes digitales alimenta al carcelero. En la Ciudad de México, desde noviembre de 2020 es obligatorio el registro de un código para ingresar al transporte público y a establecimientos estratégicos. Un paso más del espionaje implementado desde 2007 por el Sistema de Vigilancia Técnica de México, con softwares de control remoto como FinFisher, Galileo y Pegasus, que graban conversaciones, descargan archivos, listas de contactos y mensajes de texto; inclusive activan la cámara y micrófono del equipo hackeado.
No es ciencia ficción: la pandemia es útil para la sustentabilidad del poder político, que ataca con sus propios virus.
JORGE FRANCISCO AGUIRRE SALA
Iinso-UANL
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