Desde hace más de dos décadas, Nuevo León ha sido una de las entidades con mayor capacidad económica y crecimiento poblacional de México, a tal grado que el 2009 la revista Forbes la consideraba como la cuarta ciudad más inteligente y sustentable del país. Sin embargo, este potencial económico en la entidad se da de manera desigual, ya que las oportunidades económicas se concentran en el Área Metropolitana de Monterrey (AMM). Destacando uno de los municipios más ricos del país, que es San Pedro Garza García, sin embargo, en el resto de los municipios aledaños no se encuentra la misma situación. Esta desigualdad social ha sido documentada por diversos autores, quienes por ejemplo hacen referencia a las personas que habitan en comunidad de los municipios periféricos al AMM o entre los límites intermunicipales o en predios abandonados o espacio públicos como los márgenes de ríos Santa Catarina o Pesquería.
Quizá los temas ambientales que más notoriedad han generado son la calidad del aire y el déficit de agua. En el primer caso, autores como Mayora (2019) reportan la mala calidad del aire de Monterrey durante el periodo de 2005 al 2018, es decir, por lo menos existe el registro que durante esos 14 años la población de la capital de Nuevo León estuvo expuesta a niveles altos de PM10, PM20 y ozono.
Lamentablemente el Gobierno estatal no dio prioridad a temas ambientales y de salud, sino se abocó en atender las demandas económicas. Ejemplo de ello es la escasa generación de datos sobre las afectaciones que causa la mala calidad del aire que todos respiramos en AMM. Además, de no contar con suficientes estaciones de monitoreo de aire a lo largo y ancho del AMM, ni estudios sobre los impactos que causa la contaminación ambiental en la flora y fauna localizada en esta zona. Lo anterior, considerando que el Plan Integral para Gestión Integrada del Aire del 2022b (n.l.gob.mx) que hace hincapié en los principales puntos de contaminación, mientras que Luévano et al (2024) refieren que el AMM es la zona más contaminada del país, esto quizás llevó a que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales haya recomendado la creación de una Comisión Metropolitana de Calidad del Aire del AMM, siendo que no han podido controlar la situación y es probable que en el último año la situación de calidad del aire se recrudezca con el tráfico causado por las obras viales y la obra del Metro, a fin de cumplir como sede del Mundial de Futbol del 2027.
En cuanto al tema del agua, la denominada crisis hídrica de Nuevo León es histórica, tal como lo documenta Esparza et al (2014), quien refiere que la escasez de agua inicia desde la ubicación de la ciudad de Monterrey que tiene como columna vertebral al río Santa Catarina, y las modificaciones que se dieron a éste serían de los primeros impactos ambientales. Se suma lo referido por Gauci (2013) de las sequías recurrentes y eventos climáticos extremos del cambio climático que provocan huracanes que tienen efectos severos en el AMM. Posteriormente, Guerra-Cobiana (2024) menciona que los factores estructurales recrudecieron la “crisis del agua”, siendo que se ha avanzado poco en una gestión hacia la modernización del sector que incluye la ampliación y mantenimiento del sistema de abastecimiento de agua del AMM. Mientras que los factores no estructurales encontramos a una débil cultura del agua entre la población, formación de capacidades, profesionistas y técnicos especializados en sector, que llevaron la crisis hídrica del 2022.
Lo anterior hace ver que la problemática ambiental es compleja y... ¡claro que no es fácil darle una solución! Sobre todo si se sigue pensando en un crecimiento económico a costa del ambiente.
María Eugenia González Ávila
El Colegio de la Frontera Norte-Unidad Monterrey
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