A todos los que les interesa la vida pública del país, que ojalá fuera la mayoría, deberían de ver el documental, sobre el nacimiento y caída del PRI, creada por Denise Maerker y transmitido en Vix. Me recordó a las clases de historia de México, esas donde batallábamos para poner atención, pero ahora con la posibilidad de verlo en voz de los protagonistas, de los que vivieron en primera persona los episodios más importantes de nuestro país, hace la diferencia.
Se nota la experiencia periodística de Maerker, quien logra sacar información muy personal e inédita de los entrevistados. Vemos a Carlos Salinas reflexionar sobre la muerte de Colosio, a ex líderes del partido como Dulce María Sauri y Labastida hablar de sus errores electorales, y a Madrazo y Beltrones atribuyendo la caída del partido al nombramiento de Zedillo, “el peor enemigo del PRI”, como candidato presidencial.
Al ritmo de “Dame, dame, dame, dame todo el power, para que te demos en la madre”, de Molotov, arranca cada uno de los cinco capítulos. No pudieron elegir mejor canción, que representa lo que se nos presenta con videos históricos y horas de entrevistas. En cada sexenio vivimos una nueva crisis. Por algo dicen que la historia es cíclica: crisis severas y recurrentes. Lo que me hace pensar si ese es nuestro modus vivendi…
El PRI fue vital en la creación de nuestra cultura política. Una cultura populista, masculina, centrada en el poder casi absoluto del presidente y una cultura partidista de lucha de grupos, disciplina férrea y traiciones. Ser el elegido por el famoso dedazo era la meta, hasta que por presión de los mismos militantes del PRI y por necesidad de modernizarse frente a la ciudadanía, el partido en el poder por más de 70 años abrió la elección del candidato presidencial a la ciudadanía.
Todo se les vino abajo cuando se enfrentaron a un verdadero demócrata. Zedillo abrió la posibilidad, jugó con el descontento y el pueblo votó. Elegimos la alternancia, pero hoy observo con preocupación rasgos similares del PRI en Morena, principalmente la concentración del poder en un solo partido. Ver la serie para no repetir la historia debería ser una obligación. Ojalá no sea demasiado tarde.