Hoy, Morena tiene más poder que nunca y es justamente ahora, frente a las tentaciones del poder, cuando debe demostrar que está a la altura de la confianza que la mayoría de los mexicanos depositó en sus candidatos.
Lo habíamos dicho en este espacio, el PRI, en muchas elecciones locales y federales ganó, no a partir de tener los mejores candidatos, sino por el gran poder público que acumulaba y por la falta de alternativas de oposición que había y que también generaba.
Pero esa cantidad de poder suele llevar a mayores excesos; desmesura en la que han caído gobiernos de todos los partidos, y en los que hemos visto de todo: desde candidatos sin arraigo hasta familias viviendo en una riqueza descarada.
Desde juniors que juegan a gobernar hasta gobernantes acusados de nexos con la delincuencia organizada.
Cuando se tiene mucho poder, se ve fácil perseguir a opositores, cerrarse a la crítica e imponer voluntades.
Por eso creo que hoy, más que nunca, Morena y sus gobiernos están llamados a la responsabilidad o acelerarán el principio de su próxima crisis como le ocurrió al PRI, al PAN, al PRD y donde también ya hay ejemplos de Morena en algunas regiones.
La responsabilidad va en dos sentidos hacia adentro de sus gobiernos y hacia la sociedad en general.
Uno de los temas que más preocupa es el de la reforma al Poder Judicial.
Y no es un tema menor, transitar hacia un modelo de justicia donde la popularidad acabe eligiendo a nuestras y nuestros jueces, genera incertidumbre en las inversiones.
¿Qué incentivos hay para que un inversionista decida enviar su dinero a una empresa en México, si su actividad económica depende de una concesión y hay poca certeza jurídica?
Eso cuesta crecimiento económico, cuesta empleos e impacta el bienestar de nuestra gente.
De ahí que la responsabilidad sea el valor más importante del que dependa refrendar sus triunfos o el escribir una historia más de un partido que llega al poder y acaba en crisis.
Del PRI, el saldo lo conocemos y no paró en derrotas electorales.
Hubo historias verdaderamente trágicas, detenciones de hombres que fueron todopoderosos en su momento y que al final confirmaron que la vida es una rueda de la fortuna en la que, el que a hierro mata a hierro muere.
Las decisiones que marcan el destino de los gobernantes son en el poder, no fuera de él.