Se dice comúnmente que lo que no se mide no se mejora y más aún, en tiempos políticos si no se compara y hace visible, no se genera el efecto esperado. Es así como recientemente se anunció que la Ciudad de México (CdMx) es una de las más seguras del mundo, mejor que algunas ciudades en EE. UU. Se trata sin duda un gran eslogan para una anticipada temporada de campañas políticas que, como el cartel de una buena pelea, promete.
A pesar de la efímera duración que tienen esos anuncios ante una avasalladora cantidad de noticias que pavimentan el día a día, hablar de seguridad pública es motivo suficiente para detenerse a tratar de entender todo eso que se presume como un logro. La referencia que da sustento a esas declaraciones es Latinometrics, una agencia que visualiza datos e información de empresas, mercados y tendencias en América Latina. La semana pasada publicó en redes sociales una comparación de ciudades seguras a partir del número de homicidios por cada 100 mil habitantes en donde la CDMX resultó en mejor posición que algunas ciudades de Estados Unidos. Entre otras, Oklahoma con 11.90 homicidios por cada 100 mil habitantes; San Antonio con 11.6; Charlotte con 11.1; Miami con 10.7; Los Ángeles con 10.3 y la CdMx con 9.96.
Suponiendo que ese número es correcto, a diferencia de lo que el mismo INEGI reporta con 12 homicidios, esto detona un par de cuestionamientos. El primero es saber si con información de homicidios intencionales es suficiente para jactarse de ser una ciudad segura, olvidando que el contexto de inseguridad en México padece una cifra negra de 92.2% de delitos que no se denuncian por múltiples razones, todas ajenas a la debida funcionalidad de las instituciones. El segundo sería ¿cómo puede ver la ciudanía el impacto de ese número 9.96 en la CdMx cuando en aquellos casos en que la gente se aventura a denunciar y logra llegar al poder judicial, ve interrumpidas sus demandas de justicia por una manifestación que paró la actividad del Poder Judicial de la CdMx ante el reclamo de pago de la quincena y el aguinaldo de más de 10 mil personas.
Presumir un dato como un logro, al amparo de atender las causas, más y mejores elementos, inteligencia e investigación y coordinación, sin mayor evidencia ni fundamento que el registro de homicidios es, además de irresponsable, un mensaje a medias. Es tanto como presumir que un poder judicial innova con soluciones digitales para que haya más justicia, cuando enfrenta problemas tan elementales como asegurar el salario a sus operadores.
Ricardo Corona** Abogado especialista en análisis de políticas públicas en materia de justicia y estado de derecho
ricardo.corona@koalsulting.com