Política

Ecosistema emprendedor

Gaia se quedó en el camino. 

La startup fue fundada en 2014 con la idea de crear una marca de muebles para jóvenes. Sus fundadores imaginaron que una pareja recién casada o alguien que estaba estrenando un nuevo apartamento preferiría muebles más bien estilo nórdico: diseños modernos, sencillos, y muy accesibles. Además, querían venderlos por medio de su tienda online y después también en sus propias sucursales. 

Creció rápidamente. Sí, sí había clientes que buscaban algo así. Los emprendedores fueron además capaces de conseguir quienes creyeran en su proyecto. En 6 años, obtuvieron más de 70 millones de dólares de inversión que les servirían para desarrollar su propia red de tiendas, construir una sofisticada plataforma digital, invertir en publicidad para atraer clientes y contratar un equipo experimentado. 

Para 2022, las ventas anuales habrían superado el equivalente de 100 millones de dólares. No hay muchas empresas en México que logren ese tamaño, y menos en 7 años. 

Pero Gaia terminaría 2024 en concurso mercantil. En Whitepaper publicamos hace algunos meses unas entrevistas con sus fundadores, hablando precisamente de dónde habían fallado. En resumen: la empresa no desarrolló a tiempo la red de proveedores y de cadena logística necesaria para una operación de esas dimensiones, lo que los llevó a tener fallas en la experiencia de sus clientes, y esto los metió en una espiral de la cual fue imposible salir. La obsesión por crecer de forma exponencial, explicaron, les llevó a tomar decisiones que perjudicaron la rentabilidad. 

No es la primera a la que le sucede algo así y evidentemente, no será la última. Ojalá y me equivoque, pero yo creo que en 2025 vamos a ver al menos un par de situaciones similares dentro del ecosistema emprendedor de este país. Como Gaia, muchas startups aprovecharon las decenas de millones de dólares que les invirtieron los fondos de venture capital para seguir la misma fórmula: construye lo más rápidamente posible una empresa grande y gástate todo lo que puedas para escalar.

La realidad es que la fórmula sí funciona. Muchas de las empresas más innovadoras y dinámicas —Uber, Airbnb, Netflix y Spotify, por ejemplo— así fueron creadas. Lo mismo para algunas de las que hoy son las más grandes (y más rentables) del mundo, como Amazon, Google y Meta. 

Y no es solamente un tema de emprendimientos de Estados Unidos. Mercado Libre y Nubank son ejemplos de startups de Latinoamérica que fueron exitosamente desarrolladas con esa fórmula. 

Sin embargo, es una fórmula de muy alto riesgo. Es un plan que implica construir una organización pisando a fondo el acelerador, todo el tiempo. Si funciona, llegas muy lejos, muy rápidamente. Pero también hay muchas probabilidades de que choques en el camino…o que te quedes sin gasolina antes del llegar al destino. 

Hoy hay startups en México que se convirtieron en empresas muy grandes en muy poco tiempo. Contrataron a mucha gente, le invirtieron a posicionar su marca, gastaron millones y millones en publicidad. Tienen muchísimos clientes y algunas de éstas facturan también cientos de millones. Pero no necesariamente son ya empresas rentables, y en consecuencia sus déficits son también considerables. En un contexto en el que el venture capital está ‘congelado’ —sobre todo para la startups más grandes— significa que algunas de estas tendrán que terminar cerrando. 

Espero que mi pronóstico sea incorrecto.


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René Lankenau
  • René Lankenau
  • Fundador de Whitepaper
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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