La tendencia es el baile. Así le apostaría yo si estuviéramos en Las Vegas: así como Mamma Mia inauguró décadas de comedias musicales basadas en canciones famosas, así creo que lo que viene ahora son los grandes shows basados en baile.
Mi intuición viene del increíble revival de Anything Goes que estuvo en cartelera hace unos meses, y de Un americano en París, que está en cartelera. Esa e In The Town marcan el regreso del estilo de Gene Kelly a la Gran Vía Blanca. Y lo que falta si se consolida la tendencia suena muy apetitoso. Porque si están las de Gene Kelly, habrá que poner las de Fred Astaire.
Volando a Río, por ejemplo
¿Por qué no? Los gringos tienen a los mejores en este estilo de baile que ellos mismos crearon. La estatua de George Michael Cohan que engalana Times Square estará feliz de este neorevival de los follies con los que él mismo creó la leyenda de Broadway.
Si viajan pronto a Nueva York, yo les recomiendo Un americano en París. Esa mezcla de ballet con jazz es algo tan neoyorquino, tan elaborado y disfrutable, que no se lo pueden perder ahora que finalmente ha regresado.
Por otro lado, la parte clásica, a pesar del boicot de la crítica, es Finding Neverland; adaptación de la famosísima película que narra la manera en la que Peter Pan pudo finalmente volar. Tiene toda la carga de cursilería y profesionalismo que solo los gringos pueden conjuntar para así arrancarnos un pedacito de corazón.
Dato interesante: tanto en Finding Neverland como en la muy divertida comedia Something Rotten!, hay referencias a la comedia musical. En una la llaman “la forma más baja del arte teatral que existe”. En la otra se burlan de la manera en la que, a medio diálogo, uno de los actores se pone a cantar.
Puede que lo sea: la forma más baja del arte teatral. Y puede que no. Para mí, un año más, sigue siendo una de las más grandes maravillas escénicas.
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