Deportes

Remate final

  • Contragolpe
  • Remate final
  • Raúl de la Cruz

Es una realidad que las peleas del “Globo de la TV”, alias el Canelo, generan bastante controversia. Tiene bastantes detractores en las redes sociales y en los medios de comunicación, y muchos defensores. Jamás un boxeador en la historia del boxeo nacional había generado tanta polémica y tanta falta de credibilidad.

Es imposible compararlo con aquellos maestros del encordado como Miguel Canto, Romeo Lacandón Anaya, Rafael Herrera, Rubén Púas Olivares. Chucho Castillo, Carlos Cañas Zárate, Pipino Cuevas, Ricardo Finito López, Marco Antonio Barrera, Erik el Terrible Morales, por supuesto con Salvador Sánchez y con el más grande de todos los tiempos, Julio César Chávez. Ninguno, absolutamente ninguno cuestionado durante toda su carrera. Todos con total credibilidad.

¿Por qué el Canelo es tan cuestionado y por qué no tiene la suficiente credibilidad? En la semana, el prestigiado columnista cubano de ESPN, Damián l. Delgado Averhoff, puso el dedo en la llaga al publicar una carta abierta para Saúl.

“Desde hace mucho tiempo me resulta sospechosa la tendencia a la amnesia boxística de casi todos los boxeadores que pelean contra ti. Lucen intimidantes ante otros oponentes y cuando llegan a tu feudo se convierten en, como diría Piolín: lindos gatitos. Alfredo El Perro Angulo, James Kirkland, Liam Smith, Rocky Fielding, Daniel Jacobs, Sergey Kovalev, Callum Smith y, por último, Avni Yildirim. Todos tuvieron en común que contigo obtuvieron la mayor bolsa de su carrera y probablemente fueron víctimas de cláusulas, que en la mayoría de los casos no salieron a la luz pública y les colocaron en desventaja competitiva. El ruso Sergey Kovalev se encargó de desatar los demonios de algo que se sospechaba, pero de lo cual no había pruebas concluyentes. En las condiciones en que acepte la pelea, en la categoría de peso y tiempo de preparación, esta victoria no era posible. (...) El deporte profesional es un trabajo. No estoy en este deporte por medallas o premios, estoy en este deporte para ganar (dinero). Sería una tontería rechazar una oferta económicamente tan ventajosa, por supuesto que la acepté. Las personas que creyeron en mi victoria son ignorantes de este deporte. Aquellos que hicieron una apuesta por mí y pusieron dinero en mí: su avaricia les jugó una mala pasada (...). Para mí, esta pelea fue interesante solo desde un punto de vista financiero. Si pusiste ese tipo de condiciones a un campeón probado (que ostentó los títulos ligeros pesado de los cuatro organismos sancionadores más importantes y que era conocido como El Triturador --al punto que lamentablemente, uno de sus rivales, Roman Simakov, perdió la vida tras enfrentarle en el cuadrilátero--), que no le impondrías al resto de los mortales. Hay un viejo axioma que funciona para todas las esferas de la vida: el que paga... manda”.

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.