Mazatlán FC parece ser otro capítulo en el que la política se ve inmiscuida en el futbol mexicano, pues el gobierno de Sinaloa, encabezado por Quirino Ordaz, pactó con la directiva, que antes administró a Morelia, un comodato de cinco años por el estadio e instalaciones para que la franquicia se pudiera mudar a partir del Apertura 2020, refiere Javier Rosas en un artículo que publicó ESPN. Consideración que refleja la necesidad de los políticos por sustentar el poder a través del deporte.
Nada nuevo, lo hemos visto en otros casos a través del tiempo donde no solo se involucran políticos sino también instituciones de toda índole. No es un secreto que el presidente López Obrador apostó en su sexenio por el beisbol, un deporte que no tiene la misma capacidad de convocatoria.
Sin embargo, el futbol ha sido usado como pretexto, incluso, como laboratorio para medir el nivel de la Pandemia de Covid-19. Recordemos el caso del Chivas vs América, en el que se autorizó un porcentaje de aforo por el gobierno de Jalisco. Las autoridades en su momento comentaron que todo había salido “perfecto”. Las consecuencias se vieron quince días después cuando resultaron una decena de contagiados. No cabe duda de que también se trató de un evento político.
En consideración de Samuel Martínez, investigador de la IBERO, “si recordamos los casos de lo que ha pasado en Veracruz con los equipos de futbol o en otros estados con equipos de béisbol y otros deportes, incluso el Gran Premio de la Fórmula 1, si juzgamos las decisiones políticas que se tomaron para favorecer a estos eventos, podemos evaluar y a lo mejor llegar a la conclusión de que la mayor parte de las ocasiones en que los gobiernos estatales o federales se han metido en cuestiones de deportes, espectáculo y particularmente en el futbol-entretenimiento, han sido equivocadas y desastrosas, han sido derramas económicas que han generado ciertas ganancias solo a ciertos grupos, pero más allá de eso no ha habido otro beneficio para las entidades”.
“La función de los políticos en la sociedad moderna, es tomar decisiones que beneficien a la sociedad y aquí entramos en el terreno del debate, ¿hasta qué punto es bueno que un político invierta dinero público, nuestros impuestos o de los impuestos de los ciudadanos de un estado en particular, para llevar un equipo profesional que es de futbol, espectáculo, entretenimiento a la población?, eso puede tener muchas lecturas”, agrega Martínez. Lecturas que sólo nos permiten una conclusión. Al pueblo pan y circo, aunque muchas de las veces el pan y el circo sea de mala calidad.