Negocios

México un país sin rumbo en el gasto

Un país tiene crecimiento conforme pueda asegurar el desarrollo económico, para después, ser atractivo para las inversiones de empresas de otros países y estás puedan contribuir, en un inicio, con inversiones directas extranjeras, nuevas y posteriormente reinvertir en sus utilidades.

En México estamos empezando a tener un riesgo latente de corto a mediano plazo, esto es un reflejo inminente de la incertidumbre del balance presupuestal realizado año con año, entre septiembre y noviembre en la Cámara de Diputados.

De las calificadoras que evalúan a México algunas son contratadas y otras no, por alguna entidad gubernamental o empresas, pero la realidad es que ellas identifican ciertos riesgos y recomendaciones que son consejos no pedidos, pero pueden ser tomados en cuenta por aquellos que intercambian relaciones comerciales, y financieras en el mundo.

La realidad mexicana, y no como una consecuencia del presente, sino la suma de varias acciones del pasado, han colocado a México en la posición de tomar una acción inmediata y realista para tener una nueva reforma fiscal ante el incremento del déficit presupuestal que cada día se está incrementando.

Dicho déficit presupuestal se refiere a la diferencia entre el gasto y los ingresos, pues entre mayor sea, será más alta la incertidumbre de un país debido a que no está claro quién o cómo podrá ser cubierto ese déficit.

Si el país mantiene los mismos impuestos y la base de contribuyentes como una consecuencia de no haber nuevas empresas que generen empleos, limitará la cantidad de ingresos para el gasto.

Ante esto deberán usar variables que incrementen la entrada de dinero, pero muchas de estas no son controladas por la nación, dependen de mercados internacionales o hechos económicos, financieros, geopolíticos o cualesquiera que sean, como el precio del barril de petróleo, que ayuden a reducir el déficit.

Sin embargo ante las incertidumbres en el corto a mediano plazo en el mundo, puede suceder que los supuestos asumidos sean todo lo contrario y esto ocasione un mayor déficit, el cual solo puede ser cubierto elevando la deuda del país.

En México, de 2018 a junio de 2023, la deuda del Sector Público Federal pasó de 10.5 billones de pesos a 14.2 billones, un incremento de 35 por ciento. Esto tiene una correlación directa con el incremento del déficit presupuestal, el cual ha pasado de 470 mil millones de pesos a alrededor de 1.2 billones, una variación de 148 porciento.

Pero en la última década la deuda subió en 8.7 billones de pesos, un aumento de 158 por ciento.

Estamos endeudados porque no sabemos gastar. El gasto ha aumentado en forma acumulada en 4.12 billones y el déficit en 800 mil millones y para compensar los ingresos que solo han crecido en 3.32 billones, parte de la deuda se ha utilizado para compensarlos.

La primera pregunta que debe surgir es ¿en qué se gasta el dinero?, pues nos endeudamos para cubrir el déficit.

Espero que alguien se atreva algún día a hacer una reforma fiscal coherente y viendo hacia el futuro, porque la realidad en México es que no hay planes de largo plazo, solo son ajustados por la administración en turno.

La respuesta

El presupuesto de egresos está dividido en programado y no programado. El primero se divide en desarrollo social y desarrollo económico.

Con base en lo anterior, en México, al primer semestre del 2023 se observa que 66 por ciento de un total de 2.684 billones de pesos es direccionado al desarrollo social y solo 25 por ciento corresponde al desarrollo económico. Aquí es donde empieza la duda de las calificadoras.

El desarrollo social ha crecido 6 por ciento y el económico se ha contraído 7 por ciento respecto al 2021 apoyando en mayor proporción a la sociedad, lo que indica que hay una falta de certidumbre y compromiso para invertir en México ante la falta de apoyos a quien genera los impuestos, que en pocas palabras es la economía. Solo el tren Maya, generará nuevos ingresos en impuestos.

Pero al revisar el Desarrollo Social se observa que 48 por ciento es utilizado para la protección social (programas de apoyo). Analizando al económico se observa una contracción en el sector de energía de 25 por ciento, derivado de esto hay una mayor importación de gas natural de Estados Unidos para generar electricidad y al mismo tiempo combustibles.

Es necesario tener energías alternativas como los biocombustibles provenientes de la caña de azúcar que pueden incrementar al sector agrícola para que pueda continuar subsistiendo en el futuro, de no hacerlo este sector estará comprometido en el mediano plazo.

Conclusión:

Las calificadoras están observando que cada presupuesto realizado aumenta el gasto neto público y los ingresos son menores ante la falta de inversiones en desarrollo económico y hay una inversión directa menor respecto a las nuevas.

Esto ha ocasionado incertidumbre en el presupuesto ante el aumento del déficit que estaría en los próximos años por arriba de un billón de pesos.

Apoyar a Pemex significa que en el caso de no tener los ingresos necesarios el gobierno tendrá que dejar de gastar en el desarrollo económico y tener una política pública mayor en el rubro del gasto social, principalmente en la parte en la protección de la sociedad basado en programas que aporten dinero a las familias, pero esto no genera una retribución laboral de dinero directa en ingresos a los hogares.

La incertidumbre de Pemex, que es un recaudador de la nación, se suma a que tiene establecido un uso para el precio del barril en la ley de ingresos, lo que provoca la necesidad de una reforma fiscal que elimine tener a la petrolera estatal en la ley de ingreso de cada a año como garante y dejar de utilizar a las variables del valor de petróleo crudo, para cerrar el déficit presupuestal.

La pregunta final.

¿El gobierno o la administración en turno dejarán de apoyar el gasto de desarrollo social para apoyar a Pemex?, o ¿de dónde saldrá el dinero para cubrir todo, ante un déficit mayor, se dejará de invertir en el desarrollo económico?

La solución es una reforma fiscal adaptada a las necesidades de las nuevas inversiones y de la llegada del nearshoring.

Ramses Pech – Grupo Caraiva – Grupo Pech Arquitectos

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Ramses Pech
  • Ramses Pech
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  • Ramsés Pech. Experto en la industria de hidrocarburos, energía geotérmica, energía y economía, actualmente se desempeña como Asesor en proyectos de energía y economía tanto para la industria privada como para los Gobiernos, socio del grupo Caraíva y asociados.
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