El 3 de septiembre de 2015 fue un día que merece ser memorado por el mundo. Ese mismo día, se llevó a cabo en Pekín el mitin conmemorativo del 70 aniversario de la victoria de la Guerra de Resistencia del Pueblo chino contra la Invasión Japonesa y también de la Guerra Antifascista Mundial, con la presencia de 65 invitados extranjeros, entre ellos, jefes de Estado y de gobierno, representantes de alto rango de distintos países, responsables de las Naciones Unidas y otros organismos internacionales, así como ex figuras políticas relevantes.
Doce mil oficiales y soldados del Ejército Popular de Liberación de China y las formaciones o delegaciones de las fuerzas armadas de 17 países, incluido México, participaron en el desfile militar.
En el acto, el presidente chino Xi Jinping pronunció un importante discurso, en el que transmitió al mundo la nota más alta de nuestra era de que China desea estar junto con los pueblos amantes de la paz para recordar la historia, honrar a los mártires, apreciar la paz y abrir un nuevo porvenir.
Primero, valorar la paz. Lo cruel de la guerra refleja lo valioso de la paz. El que la paz haya sido difícilmente alcanzada y necesita ser defendida con firmeza es una importante revelación que nos dejó ese gran duelo entre la justicia y el mal, la luz y la oscuridad, así como el progreso y la reacción que involucró a cuatro continentes del planeta y causó más de 100 millones de muertos y heridos entre militares y civiles.
Durante su intervención, el presidente Xi mencionó 18 veces la "paz" y reiteró una vez más el solemne compromiso de China de seguir siempre el camino de desarrollo pacífico. Además, el mandatario chino anunció la reducción de las tropas en 300 mil militares.
Todo ello ha demostrado plenamente que China siempre mantiene en alto la bandera de la paz, el desarrollo, la cooperación y ganancias compartidas, y constituye en todo momento una firme fuerza en favor de la paz mundial y la estabilidad regional.
Segundo, mantener el orden internacional y el sistema internacional basados fundamentalmente en los objetivos y principios de la Carta de la ONU. Esta organización, creada en medio de la sangre y el fuego de la Segunda Guerra Mundial, reúne los consensos difícilmente alcanzados entre diferentes países del mundo.
La Carta de la ONU expone en su nota introductoria su importante objetivo de "preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra que dos veces durante nuestra vida ha infligido a la humanidad sufrimientos indecibles".
También, mantener la posición de liderazgo de la ONU, adherirse al nuevo concepto de seguridad conjunto, integral, cooperativo y sostenible y construir un nuevo tipo de relaciones internacionales con base en la cooperación y ganancias compartidas, constituyen una importante revelación que nos ha dejado la historia.
Tercero, construir una comunidad de destino compartido de la humanidad. Insistir en "no hagas a otros lo que no quieres que hagan contigo" ni buscar hegemonía ni expansión y tampoco imponer nunca jamás los sufrimientos propios de una nación a otras, e insistir en tener en cuenta las preocupaciones razonables de otros países a la hora de buscar los intereses propios y promover una prosperidad común de todos los países a la hora de buscar el desarrollo de sí mismo a fin de hacer realidad el ideal cosmopolita de "todos los que viven bajo el cielo son hermanos".
Esas son las revelaciones que ha obtenido la nación china a lo largo de la historia y, al mismo tiempo, una respuesta que ha dado China en aras de abrir un brillante futuro en el que los seres humanos se respetan mutuamente, se tratan en igualdad de condiciones, alcanzan un desarrollo pacífico y gozan de la prosperidad común.
El famoso escritor mexicano Alfonso Reyes dijo: "Solo las figuras cargadas de pasado están ricas de porvenir".
Recordamos la historia no es para perpetuar el odio, sino para despertar de manera sostenida, junto con todos los países amantes de la paz, la aspiración de las personas de buen corazón a la paz y llamarlas a defenderla a fin de que la paz y la justicia sean eternas.