El PRI, además de estar en un proceso de extinción, se ha convertido en el Club de Tobi, o de Alito, y cada día está más cerca de su prima-hermana, Morena.
En las secciones electorales en estados y municipios siguen las defecciones de militantes para engrosar las filas del partido gobierno de la Cuarta Transformación.
Si no hay principios políticos, ideológicos, morales y éticos, menos tendrán progenitora para cambiar de piel y lucir el color guinda.
Así lo han hecho “visionarios” políticos como Alejandro Armenta, Saúl Huerta, Napoleón Gómez Urrutia, Gerardo Islas, Ignacio Mier y una lista interminable.
En esa misma ruta montaron al ex candidato a gobernador, ex alcalde poblano y ex rector de la UAP, Enrique Doger Guerrero.
El caso más descarado fue el ocurrido en Tlaxcala, donde el presidente del CDE del PRI, Noé Rodríguez Roldán, le chaqueteó a su partido y militancia para entregarle la plaza a Morena, y obviamente no actuó solo, obedeció órdenes del entonces jefe político del estado.
¿Y quién podría permanecer en el PRI de Alejandro Moreno, tan cerca del trópico del Edén, en el sureste mexicano, y que ha convertido a ese partido en una simulación orgánica, vinculado a la 4T?
Es un insulto quitar y poner legisladores federales, como ocurrió con el marinista Lázaro Cuauhtémoc Jiménez Aquino, a quien trató como un político desechable.
No tenía ni dos semanas que Jiménez Aquino figuraba como enviado de la bancada para fijar posturas en la máxima tribuna de la Cámara de Diputados y en poco tiempo lo bajaron de la curul.
Hasta la fecha, el diputado federal poblano no ha explicado a cambio de qué o por qué lo obligaron a solicitar licencia para que ocupara su lugar el suplente, un abogado litigante amigo de Alito Moreno.
A Fernando Reina Iglesias, el habilitado diputado federal del PRI, no se le conoce un papel destacado en la política poblana, salvo por ser paisano de Javier López Zavala, pero sobre el legislador Fernando Reina Iglesias se sabe que es esposo de Galilea Montijo.
El Revolucionario Institucional se ve cada vez más cercano a la fusión orgánica con Morena, pero con tratos indignantes a sus militantes, como le ocurrió a Jiménez Aquino, despojado del escaño.
Pablo Ruiz
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