Política

Ecocidio: verdugos de nosotros mismos

Vómitos, hemorragias nasales, enfermedades respiratorias y en piel presentan habitantes de “La Florida” y “Lavaderos” en San Fernando; así como en “Las Enramadas”, “La Laguna” y “El Carrizo”, en Soto la Marina; así como muerte masiva de jaibas, peces y otras especies que habitan el brazo de la laguna madre conocido como el “Balluco de oro”.

¿La causa? La contaminación por hidrocarburos. Según diversas fuentes periodísticas y del Congreso del estado, hace casi 2 años, explotó un pozo, a menos de un kilómetro del cauce que conduce a la Laguna Madre, Área Natural Protegida que cuenta con ecosistemas como deltas de ríos, matorral espinoso tamaulipeco, humedales, manglares y selvas tropicales y el ecosistema hipersalino de la laguna. La responsable de este crimen es la petrolera Jaguar E&P, a la que, en 2017, se le adjudicaron 11 contratos con duración de 30 años de operación, según declaraciones de la diputada morenista, Casandra de los Santos.

Un desastre ecológico más en nuestra casa, la única, el planeta Tierra. Una violación al derecho a disfrutar de un ambiente sano, instituido, en 1999, en el artículo 4° de la Carta Magna: “Toda persona tiene derecho a un medio ambiente adecuado para su desarrollo y bienestar”.

Derecho reconocido y protegido por los pueblos precolombinos como los Swaminsh, una tribu amerindia del estado de Washington, EUA. Un pueblo que, en 1854, expresó su cosmovisión sobre la importancia de proteger el equilibrio ecológico, a través de la respuesta del Gran Jefe Seattle al Presidente de los Estados Unidos de América, ante su oferta de crear una reserva para los indios Swaminsh:

“Si les vendemos la tierra, ustedes deberán recordar que ella es sagrada, y deberán enseñar a sus hijos que ella es sagrada”…“Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestro modo de vida” … “Roba a la tierra aquello que pertenece a sus hijos y no le importa nada”... “Trata a su madre, la tierra y a su hermano, el cielo, como cosas que se pueden comprar, saquear y vender, como si fuesen corderos o collares que intercambian por otros objetos. Su hambre insaciable devorará todo lo que hay en la tierra y detrás suyo dejarán tan sólo un desierto” … “Es necesario que enseñen a sus hijos, lo que nuestros hijos ya saben, que la tierra es nuestra madre. Todo lo que ocurra a la tierra, le ocurrirá también a los hijos de la tierra”.

“La tierra no pertenece al hombre, es el hombre el que pertenece a la tierra” …“Contaminan sus lechos y una noche perecerán ahogados en sus propios desechos. Ustedes caminan hacia su destrucción rodeados de gloria, inspirados por la fuerza del Dios que los trajo a esta tierra y que por algún designio especial les dio dominio sobre ella y sobre el piel roja” … “¿Dónde está el matorral? Destruido ¿Dónde está el águila? Desapareció. Es el final de la vida y el inicio de la supervivencia”

Ante el ecocidio en tierras tamaulipecas, las palabras del Jefe Seattle nos hacen preguntarnos:¿Estamos conscientes de nuestro deber ciudadano en la defensa del ambiente?¿Qué están haciendo las autoridades federales y locales para frenar esta destrucción? ¡Entendamos!, Al dañar el ambiente, por acción u omisión, siempre seremos los verdugos de nosotros mismos.

Nohemi Argüello Sosa


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Nohemí Argüello Sosa
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