“Si no te calmas te vamos a matar” se escucha en un video de CDMX donde policías pretenden detener a una periodista en los andenes del metro.
Aquí en Torreón, la represión fue no sólo terrible, sino que, orquestada por los de arriba, es, de fondo, una enorme burla contra las manifestantes.
Imagínate que has sido acosada, violada, que eres madre autónoma que no recibe pensión justa, que vives al día, que tu hija está desaparecida, que el asesino de tu hija está libre, que estas harta, que marchas con un bebé en la panza, un niño en la mano, una niña en carriola, que vienes desde lejos con tus últimos pesos para pagar los camiones, para unificar tu rabia, para cantar tu lucha, para caminar tu catarsis.
Imagínate que estás loca, todos en tu familia lo dicen, pero vienes dispuesta a alzar la voz por primera vez y te hablaron de un espacio seguro, de sororidad, de lucha, de acompañamiento, de fuerza, y si, lo es, pero también encuentras una exposición de autos en la Plaza Mayor, una burla, una “celebración al Día de la Mujer.” Un cerco para evitar que las mujeres nos agrupemos y nos unamos contra el patriarcado y el objetivo en común.
Pero eso sí, la presidencia muy morada.
Imagina que llevas a tu niña o a tu sobrina y van casi corriendo porque las policías cercaron la marcha, porque en Gómez Palacio enviaron granaderas y batos a someter a las manifestantes y subieron morritas a las patrullas.
Imagina el orgullo de ver al bloque negro actuar tan eficiente pero la rabia de que hayan tenido que hacerlo, cuando las marchas siempre habían sido pacíficas.
Imagina leer en la página de nuestro flamante alcalde que está del lado de las mujeres mientras arrastraron a nuestras jovencitas por el piso, dejándolas golpeadas, pateadas y con las costillas astilladas.
Imagina todo esto mientras en el país no levantan un solo dedo por las once asesinadas al día, por el 60% de las madres autónomas que viven en precariedad porque sus leyes no alcanzan a los deudores.
Imagina que no quieres tener rabia, que querías llevar a tus hijas para educarlas, que ibas tranquila, ibas con amigas, hiciste tu cartel con glitter y caricaturas; te sentiste tuya por vez primera desde ésa vez que las asquerosas manos se deslizaron por debajo de tu falda y vienen y te dicen que no, que no cabes, que no puedes pasar a la Plaza más grande de tu ciudad a congregarte y manifestarte.
Imagina que las paredes y los autos valen más que la vida de las mujeres.
Imagina que saliste a marchar sabiendo esto, pero que además te topaste de frente con el Estado y su brazo policial en forma de mujeres que no quieren o no pueden ser aliadas y en vez de eso saliste golpeada, arrastrada, fisurada, gaseada, amenazada, temblando y MAS ENOJADA.
No imagines. Recuerda. Y acuérdate de ello estas elecciones.
Ni un solo voto al Estado opresor.
Exigimos una disculpa y reparación del daño.
Por nuestras niñas, mujeres embarazadas, morritas, señoras y mujeres que vivieron esta marcha desde el miedo y no desde la libertad de manifestación.
