Cuando finaliza una administración, en cualquier empresa, se suele hacer un balance para identificar los logros. los pendientes, y las ilusiones. Hoy, varios gobiernos, el federal para empezar, están en la recta final y toca hacer ese balance para gozar o sufrir según el signo de sus realizaciones y fallas. Este ejercicio de evaluación no es fácil hacerlo para el responsable pues los pendientes pueden disminuir el brillo de las realizaciones o bien las realizaciones, a pesar de haberse cumplido, no dieron el resultado esperado. Las ilusiones siempre pueden quedar como una herencia para el siguiente gobierno, el cual puede aprovecharla o cancelarla según estime el signo positivo o negativo del electorado.
Las notas sobre las cinco obras emblemáticas del gobierno federal, ya en los suspiros finales, no son favorables. Pues los logros aparecen pendientes. Sí se inició la construcción de una nueva refinería petrolera, se le otorgó el presupuesto, tanto el estimado como el demandado en los hechos, y el resultado es muy bajo respecto a la meta de petróleo refinado fijada para justificar el gasto público realizado, más alto que el presupuestado al inicio. Igual el Tren Maya. Está terminado en un alto porcentaje. La deficiencia está en el monto de los recursos presupuestales utilizados para construirlo; y aún está pendiente un tramo. Al menos tres veces más de lo inicialmente fijado. Y los turistas no llegan. Los arboles eliminados no reverdecen y los cenotes seguirán invadidos.
El aeropuerto nuevo esta claramente condenado a ser una obra “chica” cuyo destino propuesto para justificar su hechura, no se logrará. A pesar de su excelente construcción e instalaciones. La medicina social está en peores condiciones si se comparan con el inició del sexenio. El abasto de medicinas suficientes no se logro pese a la innecesaria restructura de los procesos de atención a la población el IMSS y del ISSSTE; no se diga de la población dejada a su suerte al suprimir el Seguro Popular.
De la seguridad pública es inútil hablar. Los abrazos fueron abatidos por los balazos.
Desde luego hay propuestas que si se cumplieron según lo diseñado. No hemos tenido un gobierno inepto o irregular. Quizá puede decirse que escogió objetivos no alcanzables en el contexto del país y al “derrapar” en la pandemia se le complicó lo demás. Veremos el siguiente capítulo.
