En la cuarta transformación de la República se acabaron los privilegios, ahora es diferente. Un signo característico de esta nueva etapa de la historia de México es el fin de los privilegios de los que gozaron por décadas grupos políticos y personajes ligados al poder y al dinero. Quienes no entiendan esta nueva circunstancia de nuestra vida pública, quienes persistan en ejercer la función pública como una forma para obtener privilegios personales o beneficios, no solo cometerán un error, sino podrían haber incurrido en un delito.
El pasado 5 de febrero, durante la conmemoración del 103 aniversario de la promulgación de la Constitución de 1917, el presidente Andrés Manuel López Obrador expresó con acierto que las reformas propuestas por la cuarta transformación y aprobadas en el Congreso de la Unión, por la vía de los hechos, son un nuevo marco constitucional. Este nuevo arreglo de nuestro marco constitucional y legal recupera para el pueblo mexicano su soberanía, dignidad y bienestar. Permite a la mayoría de población recuperar derechos fundamentales como son la salud, la educación, la vivienda, el trabajo y la seguridad, que en su conjunto representan que la sociedad logre mayores niveles de bienestar y la posibilidad de vivir sin miedo.
Este nuevo marco legal y la decisión de acabar con los privilegios y derroches han permitido lograr en un tiempo récord terminar con la “burocracia dorada”, cuyos integrantes recibían sueldos enormes, tenían automóviles, escoltas y viáticos ilimitados. Se terminó con los despilfarros y derroches que tenían relación con cenas y viajes suntuosos, gastos innecesarios como autos blindados de lujo y hasta el propio avión presidencial que tanta polémica ha causado. La política de austeridad ha permitido ahorros fundamentales en gastos de operación y pago de precios justos en las compras del gobierno federal.
Muy importante ha sido acabar con los sobreprecios, los moches y la corrupción. Al inicio del gobierno, el Presidente y las instituciones del Estado enfrentaron a las bandas de huachicoleros que robaban miles, quizá millones, de litros de combustible. Se ha avanzado enormemente en el desmantelamiento de las redes de complicidad que hacían posible el robo masivo de combustible. Tan importante como el combate al robo de hidrocarburos ha sido desmantelar la mafia que controlaba la venta de medicamentos y otros productos al gobierno federal. También en este ámbito se han enfrentado desde presiones hasta boicot.
Otro signo que habla del fin de los privilegios es la entrega directa de recursos y programas sociales a los beneficiarios. El gobierno de México y los gobiernos estatales de Morena cerraron la llave a las organizaciones corporativas y clientelares que gozaban de enorme poder administrando las necesidades y carencias de las personas de bajos recursos. Las becas, los créditos, los fertilizantes y los apoyos en especie son un derecho y no se los deben a nadie. Estas organizaciones tendrán que asumir que esto ya cambió, que no hay espacio para la simulación o la manipulación.
@MBarbosaMX