La semana pasada, el Congreso local citó al encargado de Metrorrey, Juan Carlos Holguín, para cuestionarlo sobre el estado que guardan las finanzas de ese organismo, y de paso explicara a los diputados si existe la intención de autorizar un incremento en las tarifas.
Casi desde su creación en 1994, el Sistema de Transporte Colectivo Metrorrey ha sido objeto de dudas sobre el manejo de los recursos, porque desde hace años ha sido deficitario y para muchos un “barril si fondos”.
Algunos de sus directores (no names), como diría mi querido compadre Ramón Rodríguez Reyna (QEPD), han salido bajo sospechas de corrupción, debido a las compras sin licitación, y los gastos excesivos en el área de mantenimiento.
Ya que los legisladores le entraron al tema, deberían seguir investigando sobre la adquisición de los sujetadores que se compraron a precios muy por encima del mercado, además no pudieron ser instalados, pues adquirieron un modelo distinto, y cuando el gerente de mantenimiento se los comentó, en lugar de corregir, lo corrieron.
Eso sin contar que para la Línea 3 que pronto deberá estar funcionando, según dicen, negociaron con una empresa alemana unos vagones de segunda mano, y con una buena “pintadita” los harán pasar como nuevos.
Para eso están los representantes del Poder Legislativo, para vigilar que el presupuesto se utilice de manera correcta, pues también hay dudas sobre los manejos en el Fideicomiso de Proyectos Estratégicos, donde señalan que el arquitecto Jorge Martínez lleva a cabo contratos fraudulentos del gobierno, acatando instrucciones de su jefe Manuel Vital.
Si realmente quieren hacer bien su trabajo, los diputados deberán llegar al fondo en Metrorrey, y ya encarrerados, meterse a fondo en Fideproes, pues hay quienes afirman que concursa sus contratos en lo oscurito para asignarlos a compadres y amigos.
Por ejemplo, aseguran que acaban de subir a Compranet cuatro licitaciones para el tren ligero, las cuales les urge sacar, pues como ya se van el próximo año, quieren ser ellos quienes reciban la “comisión política”.
De ese mismo fideicomiso saldrán los recursos para la presa Libertad. Es obligación de los diputados llegar hasta las últimas consecuencias. Ni Holguín, ni Martínez o Manuel Vital se mandan solos, son empleados de los ciudadanos que merecen ser informados.
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