En la película El Padrecito (1964) Mario Moreno Cantinflas, quien personifica al padre Sebastián, menciona la Encíclica del Papa León XIII, de quien el recién ungido León XIV adopta su nombre.
El joven sacerdote llega a un pueblo donde el cacique se opone a la construcción de la escuela, porque al evitar que los niños se eduquen, pretende seguir oprimiendo a la gente para hacerse más rico.
En una escena el padre Sebas le recita una parte del texto redactado por el entonces sumo pontífice, donde defiende la justa distribución de la riqueza, para ir combatiendo la pobreza.
Durante esa escena, menciona que se equivocan quienes piensan acabar con los ricos, cuando lo que se debe eliminar son las carencias de la población, que en pleno siglo XXI sigue siendo uno de nuestros principales problemas en México.
Por cierto, esa película se filmó en San Miguel de Allende, Guanajuato, entidad que ha visitado en diferentes ocasiones el cardenal Robert Prevost, quien desde siempre ha estado comprometido con las causas sociales.
Según se ha dicho, León XIV era muy cercano a Francisco, y además tiene un cariño especial por Perú, donde estuvo años, además del afecto que tiene por Estados Unidos, su país de nacimiento.
Ya era común que en sus filmes el mimo mexicano emitiera mensajes, algunos muy fuertes en contra del gobierno, como en la cinta el Patrullero 777 (1978) donde hablaba sobre la corrupción policíaca, que lamentablemente sigue en nuestros días.
El 1 de junio millones de mexicanos deberán acudir a las urnas para votar por personajes casi desconocidos, y cuya honorabilidad está en duda.
Lo que nos toca como sociedad, es buscar información sobre los aspirantes y elegir con base a su currículo, no hay de otra.
Eso les pasa a los diputados y senadores de Morena, por querer apoderarse del Poder Judicial, con sus vicios y sus bondades sin importar los tiempos y los riesgos para el país.