En las últimas semanas a nivel nacional se ha registrado un preocupante aumento en el número de casos de viruela símica, y Nuevo León reporta 19 personas confirmadas y al menos 46 sospechosos, con lo cual ocupa el octavo lugar.
La Secretaría de Salud estatal considera que esa cadena de contagios no es tan exponencial, aunque en todo el país suman más de mil 627 casos y por más que digan lo contrario, definitivamente
es para preocuparse.
Las autoridades sanitarias han identificado que el 98 por ciento de los casos son de género masculino, cuyas edades oscila entre los 20 y 50 años de edad. La Ciudad de México es la que ocupa el primer lugar con 967 casos, Jalisco el segundo lugar con 215 casos, Estado de México en el tercer lugar con 141 casos.
Esta enfermedad infecciosa viral desarrolla fiebre, fatiga, dolores musculares y una erupción cutánea que puede incluir el cuerpo entero. La mayoría de los casos se resuelve dentro de dos a cuatro semanas.
En los últimos meses se reportaron casos en América Latina y se ha propagado en México de manera rápida. Se detectó por primera vez en Dinamarca en 1958 en una colonia de monos utilizados para investigación, pero el primer caso en humanos ocurrió en 1970 en la República Democrática del Congo.
Aunque la doctora Alma Marroquín, titular de Salud en el estado, lo quiera minimizar, los expertos a nivel mundial alertan sobre el número de contagios,
y México no es la excepción.
Tal vez no tenga la posibilidad de contagio como el covid-19, pero tampoco la debemos menospreciar, porque los virus en el ambiente son miles y en muchos casos los médicos ni siquiera saben cómo atenderlos.
El año pasado en pleno apogeo de la pandemia, tuve la oportunidad de entrevistar a un joven investigador poblano que me explicaba sobre la gran cantidad de agentes patógenos, de los cuales ni ellos mismos conocen su impacto en los seres humanos.
Mi amigo el doctor César López, quien se encuentra en Oxford, me hablaba de miles de microorganismos en el ambiente, y eso habla de lo vulnerables que somos y la falta de investigación que hay en nuestro país.
El covid-19 todavía representa una amenaza para nuestra salud, y no podemos confiarnos porque hay quienes esperan una sexta ola. Por esa razón tampoco debemos perder de vista a la viruela símica que además es una enfermedad que genera una gran discriminación social.
Miguel Ángel Vargas