En las últimas semanas hay dos temas que han acaparado la conversación en los medios de información, y por supuesto entre los ciudadanos, que están preocupados por la contaminación ambiental, y también por el aumento del tres al cuatro por ciento del Impuesto sobre Nóminas.
El primero de ellos es un asunto de salud pública que merece toda nuestra atención, porque los niveles de partículas suspendidas en el ambiente están provocando serios problemas en diferentes sectores de la población en la Zona Metropolitana.
Las mediciones en la franja limítrofe entre Monterrey y San Nicolás reflejan una pésima calidad del aire, y eso tampoco es novedad, porque la planta acerera Hojalata y Lámina (1943), ahora Ternium (2006), en aquellos años estaba en las afueras de la ciudad.
Es decir, si a esas vamos, el crecimiento poblacional vino años después, e incluso los fraccionamientos como la Cuauhtémoc se construyeron para dar vivienda a trabajadores de Hylsa, aunque muchos de ellos ya no trabajan en esa empresa.
De que genera problemas por los procesos de producción, sin duda existen, pero han pasado muchas décadas y ninguna autoridad, ni gobernante han querido meterse en problemas con los empresarios.
Por otra parte, el escabroso asunto del incremento al Impuesto sobre Nómina parece llegar a arreglo, según lo declarado por el secretario General de Gobierno, Miguel Flores, quien aseguró están dispuestos a negociar.
Esto en respuesta a las declaraciones del alcalde de Monterrey, Adrián de la Garza, quien sumó a los diputados del PAN, PRI y PRD, y algunos representantes de la iniciativa privada, en contra del ISN.
Aunque Flores aprovechó para dejarles en claro que el gobernador Samuel García no va a ceder a “chantajes”, en la aprobación del Presupuesto que está a unas horas de ser discutido en el Congreso.
Son dos asuntos que deben resolverse para el bien de los nuevoleoneses. Estudios recientes revelan que el exceso de partículas suspendidas provoca enfermedades en la visión y las vías respiratorias, y por lo tanto se debe atender con urgencia.
En lugar de politizar la discusión deberían transparentan el destino de esos más de 8 mil millones de pesos que recaudarían, tal vez habría menos oposición. Si utilizan el dinero para el bienestar de las personas afectadas por los efectos de la contaminación, tal vez tendría más sentido subir los impuestos.
