El próximo domingo 18 se conmemora el Día Internacional del Migrante establecido por la ONU hace 22 años. Es una oportunidad para destacar la lucha, las injusticias, la violación de los derechos de los migrantes, así como su importancia, sus aportaciones para la vida en el mundo, frente a la creciente ola de migrantes, desaparecidos y fallecidos, principalmente en algunos países como los que cruzan por nuestro país para llegar a los Estados Unidos, o lo que ocurre en Europa con los migrantes de África y Oriente.
Obtener empleos o negocios con mejores ingresos y apoyar a sus familias en sus países de origen, salir de condiciones insalubres, de pobreza, catástrofes, enfermedades, por razones de seguridad humana y por buscar oportunidades de superación, son algunas de las causas que mueven a la población en el mundo. Por otra parte, las naciones receptoras de migrantes demandan trabajadores para algunas labores que sus connacionales localmente se niegan a realizar, por pago de salarios inferiores, por causa del envejecimiento de la población, entre otras, atraen a los migrantes, quienes ayudan a impulsar el crecimiento económico mundial, nacional y local. Esto se ha resaltado en las diversas manifestaciones en TV, cine o teatro con el llamado “un día sin migrantes”.
En el más reciente informe sobre las migraciones en el mundo, la Organización Mundial para las Migraciones (OMI) establecida desde 1951, estimaron que en 2020 eran 281 millones de personas las que vivían en un país distinto al de su país natal, superior en 128 millones a la cifra de 1990 y tres veces más la de 1970. Y han establecido una nueva denominación, los “desplazados”, lo que se ha compilado en el Informe Mundial sobre Desplazamiento Interno.
Muchos gobiernos, legisladores, reuniones, pactos, informes, expertos, discursos, oficinas, organizaciones civiles y sin embargo, los factores que impulsan la migración, siguen impactando de manera creciente a la humanidad, sin afectar las políticas de los países para los migrantes y sin cumplimiento elemental de protección de los derechos humanos de los migrantes.
Se trata de una asignatura pendiente en la Política Multilateral y Bilateral en el mundo para atender este flagelo de millones de personas y sus familias, afectando además a los países de donde han emigrado, con beneficios que se diluyen por falta de políticas para ayudar a las familias receptoras de remesas. Ni siquiera el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular que ha intentado medidas y acciones para este propósito, por no ser vinculante entre los países firmantes, ha rendido los resultados que se esperaban para atender con suficiencia y oportunidad de forma multilateral esta demanda para erradicar la discriminación y el abuso de seres humanos que migran por necesidad, para vivir en una mejor sociedad.
Mauricio Valdés
@MauricioTexcoco