Cultura

Lo que aprendimos de la pandemia

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Lecciones de una pandemia. Salvador Macip. Nuevos cuadernos Anagrama. España, 2021.

Llevamos año y medio en una etapa que parecía no tener salida y que poco a poco ha encontrado distintas vertientes. Si 2020 fue un año en donde aprendimos que socializar estaba fuera de lugar, en 2021 —aunque estamos vacunados— hemos seguido con la secuelas del confinamiento: el lavado de manos de manera intensiva, el uso de cubre bocas, además de promover la misantropía como si se tratara de una cruzada. Nos hemos metido a la casa de los demás a través de videoconferencias y ellos a la nuestra; hay momentos que terminan conociendo más de nosotros porque es complicado borrar la vida familiar, incluso las mascotas se asoman a la pantalla de nuestra laptop para ver qué es eso que miramos con tanta insistencia, a quién le hablamos y por qué nos responde.

La sala del departamento donde habito es como un escenario de teatro universitario; en el mismo lugar se desarrollan varias actividades: es oficina, extensión del patio escolar, lugar de entrenamiento familiar y para animales domésticos, terreno para practicar boxeo de sombra, diván de lectura en noches de insomnio, pista de baile juvenil y sala para ver series de televisión y películas. Es probable que a un escenógrafo de teatro universitario, con recursos limitados, no se le haya ocurrido que un mismo espacio pudiera contar con tanta versatilidad como la pandemia nos lo ha mostrado.

En este mundo del confinamiento —en algunos instantes desde el desconfinamiento— encontramos libros que han salido al mercado: poesía, crónicas, cuentos y ensayos. Siempre es interesante revisar lo que dice la ciencia y saber distinguir cuando se trata de voces que están manipuladas y pierden objetividad. Un científico debe ser alguien que no responda a compromisos políticos y que, desde su visión como experto, pueda aportar una opinión crítica.

Salvador Macip (Blanes, España. 1970) es doctor en genética molecular, especialista en la base molecular del cáncer y del envejecimiento. Es autor de varios libros de divulgación científica, entre los que destacan Jugar a ser Dios, Enemigos microscópicos y 100 preguntas sobre el cáncer. En 2010, Macip predijo la pandemia que íbamos a vivir en Las grandes epidemias modernas. Ahora reflexiona en un interesante ensayo lo que hemos vivido desde 2020 hasta la fecha en Lecciones de una pandemia. Ideas para enfrentarse a retos de salud planetaria.

Leer a Macip es acercarse a un autor que maneja muy bien su papel como especialista en la medicina, que busca ser didáctico y claro, sin que termine por ovacionar a ningún aparato gubernamental. Ante la crisis sanitaria propone tener una visión global. Explica que “para los microbios, los humanos somos una sola unidad; por lo tanto, tendría sentido que nuestra respuesta fuera también unificada”. Sin embargo, el científico sabe que es una idea utópica, porque la OMS debería desarrollar los protocolos para este tipo de situaciones, más carece de ellos. Lamenta que la OMS “tenga la manos atapadas porque su supervivencia depende de los mismos que la deberían de obedecer: los países fuertes se pueden permitir imponer sus reglamentos bajo la amenaza de retirar las subvenciones si se les lleva la contraria”. Y aquí menciona, como ejemplo, el papel de Estados Unidos, en mayo de 2020, durante el último año de gobierno de Donald Trump.

La falta de estructura global ante un grave problema de salud hizo que los países se organizaran por regiones. Otra crítica que lanza es sobre la implementación de estrategias anticovid, porque en un país que ha trabajado con ímpetu esas medidas si su vecino no se ocupa del problema con la misma intensidad, acabará rebasado por la incompetencia de la nación que tiene cerca. Por esa razón propone que los territorios limítrofes se comuniquen y haya una redistribución de la medida que se utilizará. Recuerdo que México donó vacunas para algunos países de Centroamérica y fue sumamente criticado. Después de la situación caótica que se vivió en Haití, habría que repensar esa medida, específicamente en la población migrante que está decidiendo quedarse en nuestro país porque no se les permitirá llegar a territorio estadunidense. Se tendría que revisar esa nueva crisis que se viene, pues el problema de Haití no solo incumbe a México.

Recomienda que se invierta en ciencia, en salud preventiva, aunque esto muchas veces no es bien visto por los políticos porque los resultados se ven a largo plazo, no cuando ellos están en el poder. Y aquí recrimina que Estados Unidos no tenga reparo en gastarse un alto presupuesto en armamento para conflictos bélicos que tal vez nunca llegarán. “Mientras se construyen submarinos y tanques que la mayoría de los países no utilizarán, la inversión en defensa contra enfermedades es proporcionalmente ridícula”.

Sugiere que es necesario “implicar más a la población en la ciencia, facilitando el flujo de información entre los expertos y el público”, también advierte que “de nada sirve contar con medidas a punto si no se cuenta con la cooperación de la población”.

Dice Salvador Macip que el SARS-CoV-2 no es la única pandemia que vamos a enfrentar, vendrán más y debemos estar preparados, “por eso hay que analizar la gestión de la crisis de una manera exhaustiva y objetiva, con el fin de identificar los errores y evitar cometerlos de nuevo”.

Mary Carmen Sánchez Ambriz

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Mary Carmen Sánchez Ambriz
  • Mary Carmen Sánchez Ambriz
  • mcambriz@hotmail.com
  • Ensayista, crítica literaria y docente. Fue editora de la sección Cultura en la revista Cambio.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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