Política

Palestina. La deuda

El reconocimiento a Palestina por varios países es, sobre todo, una corrección histórica frente a la omisión que, junto al triunfo de lo irracional, llevó a la realidad actual.

Durante décadas, la reiteración sin profundidad ni compromisos en la idea de dos Estados como solución entre Palestina e Israel dio espacio para reduccionismos que no prestaron atención a la radicalización del mundo.

Parte de la comunidad internacional no admitió que el planteamiento solo era posible mediante algunos principios. Entre otros, el reconocimiento de ambos Estados; con la contención de sus fundamentalismos; con el desmantelamiento de los asentamientos israelíes, que han avanzado.

A lo largo de ese tiempo, muchos pronunciamientos a favor de la solución de dos Estados o bien reconocían exclusivamente a uno, o negaban el que éste ha ejercido el control de las fronteras hasta desdibujarlas, como las condiciones para la gente en Gaza y Cisjordania.

La solución de dos Estados sin el reconocimiento de Palestina ha sido una manera cómoda de esperar a que ambos países resuelvan por sí solos condiciones que pedían más que sus incapacidades e ineptitudes. La ambigüedad del vacío retórico, con su falta de institucionalidad, permitió vicios, corrupción y secuestro de identidades a manos de extremismos que usufructuaron la negativa como muestra del fracaso en lo político.

Algo de esa primera hipocresía es responsable del 7 de octubre, el delirio posterior y una de las fallas en el proceso de los acuerdos de Oslo.

En el terreno, el reconocimiento no hará gran diferencia y nadie lo espera. No es la idea. Lo que permite es intentar recuperar, aunque sea más de 60,000 vidas tarde, años perdidos en los que se olvidó lo elemental: con mínima visión política, la seguridad para las poblaciones sólo se podrá asomar garantizando la del otro.

Si los pronunciamientos se acompañan de acciones prácticas —la institucionalización de lo simbólico para alejarse de él— pueden aislar los radicalismos, tanto de los reductos de Hamás como de Netanyahu y sus ministros. Ambos, siempre opuestos a la coexistencia.

Existen los territorios, las poblaciones, las fronteras previas a 1967. La urgencia de detener lo intolerable.


Google news logo
Síguenos en
Maruan Soto Antaki
  • Maruan Soto Antaki
  • Escritor mexicano. Autor de novelas y ensayos. Ha vivido en Nicaragua, España, Libia, Siria y México. Colabora con distintos medios mexicanos e internacionales donde trata temas relacionados con Medio Oriente, cultura, política, filosofía y religión.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.