El autoengaño y enramado discursivo anula los contenedores de las evocaciones nacionales, siempre propensas a hacer gala del reduccionismo. Bajo los llamados a la patria todo cuestionamiento equivale a traición, por eso a la simpleza le gusta el lábaro que disfraza profundidades.
Pocas pulsiones cívicas resultan tan primitivas como el nacionalismo que no ve ni pide más que agitar banderas, para abrir con ellas las puertas a la radicalización adolescente que confunde dignidad con bravuconería. Digno pecho levantándose contra el enemigo en búsqueda de una identidad monolítica.
Hay ciertos tintes suicidas en los niveles menos elaborados del pensamiento nacionalista. Frente a la reacción mexicana hacia las consultas convocadas por Estados Unidos y Canadá en el marco del TMEC, se habla de los posibles impactos económicos naturales. Alguna de mis vecindades encontrará asomos estadistas en la decisión de pelearse no sólo con un socio comercial, sino con el país en el que viven millones de mexicanos. Supongo que Palacio los ha considerado. Tampoco faltan quienes registran la diatriba en lo electoral, sin detenerse en la construcción de un entorno rudimentario tanto en las arenas políticas como en las sociales.
Qué virtud tiene una retórica que oculta los objetos de la discusión, al punto de relativizar la aceptación de un acuerdo que el mismo gobierno negoció. ¿Cuál pedagogía sino el orgullo de la enchilada se establece al anunciar posturas en un desfile militar? ¿Cómo se sale de ahí?
El nacionalismo como las mentiras necesita de más falsedades para justificarse.
Es el fomento al deterioro del espacio público desde voces oficiales. El presidente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado entrega su aporte al vacío en una frase tan boba como cursi acerca de descolonizar el miedo (sic).¿Quién osó quitárnoslo? No sabía que nuestro temor fue usurpado. Defendamos, pues, su autodeterminación. El miedo es nuestro recurso. Nadie nos lo va a quitar.
Exhibición de una estructura mental que se generaliza y pelea en el terreno de emociones primarias, donde se requieren las prácticas refinadas de estructuras que alienten el desarrollo, la estabilidad política y económica del país.
@_Maruan