Política

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Todas las razones que detonaron la guerra civil siria siguen ahí, pero la organización social apenas alcanza para respirar. En Suwayda y Daraa, al suroeste del territorio controlado por las fuerzas de Assad, desde hace unos días la gente salió a protestar como no lo hacía en años. Dos semanas atrás, Damasco subió el precio del combustible más del 150%.

¿En algún momento la esquizofrenia de las sociedades es insostenible? ¿Cuál es el límite de las dualidades en un país? Intolerables lo son. Sin embargo, resisten y obligan a vivir entre lo inaceptable.

Hasta ahora, Irán ganaba las palmas regionales del dimorfismo estructural. Su convivencia de vidas simultáneas admite la brutalidad y el oscurantismo de los ayatolas, con el ocultamiento a la vista de todos; reglas diseñadas para la permisividad de los ligados al régimen en mil maneras, fiestas clandestinas y excesos propios de la hipocresía. Siria, en su especie de posguerra diluida en un estado de no-guerra no-paz, adoptó un símil extremo de aquella bipolaridad a la que se integran las protestas actuales.

La supervivencia del 90% de su población bajo la línea de pobreza no ve parangón con un Damasco donde visitantes y locales van a cafés, restaurantes y mercados como si el resto del territorio no existiese.

En Douma, al otro extremo de la capital donde se encontraba mi casa, se fríen bolas de trigo con la grasa que desechan las carnicerías. La gente es incapaz de pagar por mantequilla o aceite. Buscan pan seco para remojarlo.

Según los Estados que una vez expulsaron a Damasco de sus cercanías, restablecer relaciones daría pie a lo político. El agotamiento permitió a la zona convencerse de lo falso. Si la caída de la moneda fue estrepitosa durante los años de combate activo, el derrumbe se aceleró desde el regreso de Siria a la Liga Árabe.

En un mes, la lira pasó de diez a quince mil por dólar. Antes de la guerra, el tipo de cambio rondaba las cincuenta. Ese, junto al incremento delirante de lo básico, es el saldo de normalizar la barbarie. También subieron los ataques del ejército a enclaves opositores.

La aparente normalidad de uno es hambre de nueve. Para el mundo, Siria entró al catálogo de lo que no se puede resolver.


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Maruan Soto Antaki
  • Maruan Soto Antaki
  • Escritor mexicano. Autor de novelas y ensayos. Ha vivido en Nicaragua, España, Libia, Siria y México. Colabora con distintos medios mexicanos e internacionales donde trata temas relacionados con Medio Oriente, cultura, política, filosofía y religión.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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