Iniciaron las horas donde se deberán aprender las formas de una tranquilidad dictada por los odios. De la paz, en el lenguaje de algunos. Estos odios son más que los habituales al hablar de Palestina e Israel. La primera tarea frente a la matrioshka de sus incompatibilidades es hacerlas transitables para la gente.
No había pasado mucho del inicio del cese al fuego en la franja, cuando llegó la noticia de un ataque israelí que mató de nueva cuenta en la ciudad de Gaza. Ahí mismo, Hamás ejecutó a ojos de presentes y frente a una cámara, a un grupo que arrodilló salvajemente en la calle. Miembros de un clan local.
La estabilidad es siempre algo que sobrepasa los pronunciamientos y las cumbres. Aires de celebración conviven con todas las razones para derrumbar una calma parecida a la más horrorosa costumbre.
Estos días, una parte del mundo descubrió que hay clanes en Gaza. Una organización social, como las tribus de la región, que Occidente que no ha intentado comprender. Entre esa parte del mundo está Trump. Al saber de la ejecución le otorgó fueros por tratarse de posibles relacionados con al-Qaeda o Daesh. En realidad, se trata de la decisión de ignorar todo lo que no se suscribía a los sospechosos comunes.
Durante años, distintas conformaciones familiares se han opuesto a Hamás. Algunas por defensa territorial, otras por resistencia a su control; vinculadas con el yihadismo tradicional o con apoyo de Israel para debilitar a la organización islamista. Ninguna de las anteriores es excluyente entre sí. Los clanes de Abu Shabab, el de la familia Dogmosh, el de Al-Majayda o Hellis se encuentran entre los más grandes.
La estabilidad significa construir instituciones de gobernanza. Su ausencia da espacio para ejecuciones públicas y es natural donde lo que hay son ruinas.
Si alguien intenta preguntarse cuál será el fin en este último periodo de demencia, necesitaría aceptar que el episodio de estos dos años no solo aún no termina, sino que muchas de sus partes ni siquiera se han leído gracias a la convicción de que el libro Palestina e Israel tenía únicamente dos personajes. No. De lado a lado hay malos, más malos y peores. A su interior, millones que solo quieren sobrevivir.