me dicen que estoy alejada de la Poesía cuando escribo Ensayo. Mientras la Poesía siente, la Novela persigue fantasmas, el Cuento miente, y el Ensayo… piensa. Qué de literario puede tener el pensar, si lo literario consiste en el cómo escribir y no en el qué, y eso es una habilidad artística. Además, de los géneros literarios creo, que todo lo escrito, es Crónica. La Literatura toda es la crónica de la escritura de un libro.
Digo todo esto con la cabeza llena de vibrantes conceptos. Conceptos que han llegado a mí (y yo a ellos) a través del canal cibernético que abrió la pandemia. Al acallar las estridentes demandas de la rutina que imperaba como única posible forma de existir, los destellos en la pantalla dejaron de ser rumor electrónico para ser personas con ideas.
Durante estos meses ha crecido la oportunidad abierta de escuchar y descubrir nuevas voces, vía Zoom, Teams o YouTube. En la quietud, fuera del mundo colectivo, he tenido tiempo y disposición para explorar los temas de mi interés y los emergidos del azar en la búsqueda. He conversado, escuchado, leído, contrastado y evolucionado.
Perder la rigidez estructural de la vida incentivó mi movimiento mental. Mientras más quieto el mundo, más avanzo en mi propia comprensión. No es un desaprendizaje, sino la construcción de nuevas alianzas de significado y naturaleza profunda de los hábitos cotidianos.
Caminar, nadar, volar, en el espacio de la idea, es ser más fluida en la forma, menos coleccionista de papel e historia. No he bajado de peso (malo), pero nuevas corrientes conceptuales y espirituales me han hecho más ágil y más sistémica en mis procesos personales y profesionales, y he saltado mis diques. Caigo en la cuenta de que todo lo disperso es duda, que se puede medir la velocidad de un atleta, y pensar que la fuerza está en sus músculos, pero la energía viene de cada órgano en su perfecto estado y armonía. Hay que ir a cada uno de sus procesos para entender cómo se construye la fuerza del organismo todo.
La Poesía, esa otra, la no literaria, es un estado de iluminación, en cualquiera que sea la experiencia. ¿Acaso no hay poesía en habitar una idea y abandonar esa vieja práctica de creer que ella nos habita? Acaso no es Poesía comprender lo que otro explica, absorber su claridad, ser un campo de girasoles y aspirar la atmósfera solar de una mente brillante que comparte. _
