Como alguna vez lo dijo Ban Ki-moon, ex secretario General de las Naciones Unidas: los derechos humanos son para todas las personas, en todo momento. Seamos quienes seamos y de donde seamos.
Su aplicación se rige bajo los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. No se trata de debatir o cuestionar su validez, sino de respetarlos, protegerlos y garantizarlos para todas y todos.
En un estado como Nuevo León, con casi 6 millones de habitantes, que crece a un ritmo de 10% cada año, estereotipar a otras personas por su orientación sexual o identidad de género no solo es excluirles, sino que es socavar el principio fundamental de igualdad y no discriminación que debe regir a nuestras sociedades.
Es hora de dejar atrás los discursos de odio que perjudican a las personas LGBTTTIQ+. Basta de afirmar que lo que no se ajusta a una norma preestablecida no es normal o va en contra de la naturaleza, porque la naturaleza humana es perfecta en su diversidad, y es nuestra responsabilidad defender y promover la inclusión y el respeto a la orientación sexual e identidad de género del otro, como vinculo indispensable para la paz.
Año con año reservamos este mes para reconocer a las innumerables personas que allanan el camino para el progreso: a las activistas que marchan, a los defensores que se organizan, a las abogadas que defienden casos, a las familias que respaldan a sus hijos. Todos los nuevoleoneses valientes que salieron de la invisibilización. Gracias a ellos hay mucho de qué sentirnos orgullosos no solo este mes, sino todo el año.
Sin embargo, dado que la historia no avanza solo en una dirección y siempre se puede retroceder, no podemos bajar la guardia, ya que todavía enfrentamos desafíos significativos que requieren nuestra atención para prevenir la vulneración de derechos. Con base en los resultados obtenidos en la más reciente Encuesta Nacional sobre Discriminación (Enadis) 2022, sabemos que la sociedad nuevoleonesa en general muestra cierta aceptación a las personas LGBTTTIQ+, aunque no por completo. De la población encuestada de 18 años y más, 3.6% refirió ser de la diversidad sexual y de género. De esta, 37.3% declaró haber sido discriminada en los últimos 12 meses. Además de la población de mujeres de la diversidad sexual, 44.6% manifestó haber tenido alguna experiencia de discriminación en el último año.
Hace falta todavía mucho por hacer y por conquistar. Por ello desde la Comisión para la Inclusión y No Discriminación, que instalamos a partir de los esfuerzos de la Secretaría de Igualdad e Inclusión, llevamos a cabo mesas de trabajo con personas de la diversidad sexo genérica y con personas trans, donde se generaron agendas prioritarias con objetivos y líneas de acción locales que nos encontramos atendiendo. Asimismo brindamos orientación jurídica y acompañamiento a personas trans para iniciar el juicio especial de modificación de acta ante el Registro Civil y el Instituto de Defensoría Pública del Estado de Nuevo León.
Sensibilizamos a 886 personas servidoras públicas de la Secretaría de Igualdad e Inclusión a través de 21 sesiones del curso ABC de la Inclusión en temas de perspectiva de inclusión y no discriminación a fin de brindar un servicio adecuado y digno con atención especializada hacia las personas LGBTTTIQ+. Y hemos echado a andar importantes proyectos como el Foro Reconocernos Iguales, y el proyecto “Memoria colectiva de la lucha por el reconocimiento de los derechos de las personas LGBTTTIQ+ en Nuevo León”, en coordinación con las secretarías de Cultura y de Participación Ciudadana.
Acompañamos el movimiento por la inclusión, el respeto y la igualdad de derechos para todas las personas, tal y como lo hace el movimiento LGBTTTIQ+ que defiende, con orgullo, el pilar fundamental de la cultura de paz, la tolerancia, el entendimiento mutuo y la empatía para la construcción de una sociedad más justa e igualitaria. No es un ejercicio de promover ni de imponer, sino de abrir espacios en las leyes, en la política pública y desde la focalización de acciones para que cada persona independientemente de su orientación sexual e identidad de género pueda vivir en plenitud, sin miedo a ser estereotipada o excluida.
Porque todos somos iguales en nuestras diferencias, luchemos incansablemente por una sociedad inclusiva y de derechos. Los invito a seguir trabajando, juntas, juntos y juntes, para garantizar la igualdad plena y el respeto a los derechos de todas las personas LGBTTTIQ+, hasta que la dignidad se haga costumbre y logremos hacer de Nuevo León el mejor lugar libre de estigma para nacer, crecer, educarse y vivir para todas las personas, sin excepción.