Lo que ha sido presentado como un intento de relanzar al Partido Acción Nacional de cara a las elecciones intermedias y por supuesto al 2030 -aunque se diga que es para configurar el partido con miras al futuro, incluso por décadas- ha provocado más críticas que entusiasmo, pero en el fondo la estrategia tiene una explicación: se llama supervivencia política.
Y es que el pasado sábado no solo se dio a conocer el nuevo logotipo del que es el instituto político más antiguo de México, en el marco de la marcha que panistas de todo el país realizaron en la Ciudad de México, del Monumento a la Revolución a la columna del Ángel de la Independencia, ante la notoria ausencia de liderazgos históricos nacionales y también algunos personajes guanajuatenses de peso.
Ahí, no solo se dijo que Acción Nacional será en lo sucesivo cercano a la gente y que se abriría no solo a nuevos militantes sino que también los recién llegados, si el perfil lo amerita, pueden ser postulados como candidatos.
Además del nuevo logotipo (cuya formalización aún deberá aprobar el Instituto Nacional Electoral) llama la atención de la presentación de una aplicación para teléfonos móviles en la cual quienes quieran adherirse al partido podrán registrarse, y no solo eso, también manifestar su aspiración a algún cargo de elección popular y compartir su perfil personal.
En un alarde de mercadotecnia política, también se ofrece la rifa de un iPhone de última generación cada mes entre los nuevos afiliados, con lo cual se busca llamar la atención sobre todo de la franja del electorado más joven.
Esa repentina apertura a la sociedad se da en un contexto en el cual el Partido Acción Nacional está, por primera vez en su historia, en riesgo de perder el registro como partido político y no por la falta de votos, pues sigue siendo el segundo instituto político con más sufragios, sino por falta de militancia.
Al último corte, el INE reportó un padrón albiazul de alrededor de 277 mil militantes, menos de 20 mil encima del mínimo requerido de que es de 256 mil, como proporción del 0.26% del padrón electoral que marca la ley.
Si el blanquiazul quería sobrevivir políticamente, no tenía otra alternativa más que la apertura. Eso explica la aplicación y la promesa de las rifas mensuales.