Los centros comerciales se han visto cada vez más concurridos, y en parte tiene su explicación porque algunas tiendas ancla han iniciado con anticipación su propia versión de la promoción. Me refiero a lo que en México conocemos como el Buen fin, que bajo el eslogan de “El fin de semana más barato del año”, llega hoy a su edición número quince.
En el 2011, lo impulsó por primera vez en nuestro país el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), acompañado de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur), en coordinación, por supuesto, con el gobierno federal, entonces encabezado por Felipe Calderón, y otros actores muy importantes, como las instituciones bancarias.
La finalidad detrás de la iniciativa era, fundamentalmente, revitalizar la economía del país, a la vez que se ofrecían promociones y productos de calidad a precios asequibles, con el beneficio de generar un pico de transacciones, desplazamiento de inventarios , y como consecuencia de todo lo anterior y el incremento en el flujo monetario, contribuir a la prosperidad del país.
Y aunque ha tenido sus altibajos el Buen fin, en términos generales se puede afirmar que se ha logrado: Hace 10 años, en su quinta edición, se reportaron ventas por 80 mil millones de pesos. Durante la pandemia, cuando el Buen Fin duró 12 días, se alcanzó la cifra récord de 238 mil millones de pesos. El año pasado se estimaron casi 174 mil millones de pesos en ventas y para este año la meta es 200 mil millones.
Con esto en mente, en este Buen Fin que concluye el 17 de noviembre, contribuyamos a la prosperidad, sí, pero con responsabilidad financiera.
