Fuerte discusión en el Congreso suscitó la aprobación del presupuesto de egresos de la Federación para el próximo año, particularmente el referente a la seguridad pública por la reducción que se propuso.
Es éste uno de los más sensibles rubros junto con la salud y el desarrollo rural.
La reducción respecto al anterior presupuesto es de aproximadamente 10 mil millones de pesos, que significa un 7% real en el Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública.
La mayoría parlamentaria que reflejó no estar atenta a la situación de inseguridad por la que pasa el país, deja a las dependencias encargadas de la salvaguardarla sin garantizar los bienes, vidas de los habitantes y la prevención del delito.
Los expertos en seguridad afirman que en este renglón no deben aplicarse reducciones, “ahorros”, tolerar negligencia ni a improvisados; no sólo se refieren a la seguridad social, sino también a la seguridad en las empresas industriales vulnerables cuando manejan materia combustibles o en aquéllas en donde acuden cientos de personas como los mercados y tiendas.
¿Qué afloró en la mortandad de personas en una que se incendió en el estado de Sonora en días pasados de este noviembre? Negligencia y posible corrupción, que le costó el cargo al responsable estatal de la protección civil.
Siendo la falta de seguridad o la percepción de carecer de ella en la mayoría de la población, ¿por qué en lugar de fortalecerla se le debilita presupuestalmente? El mismo gobierno federal lleva un recuento de los delitos que se cometen diariamente, exhibiendo con cierto triunfalismo su disminución, pero no basta un porcentaje, sino que se aplique totalmente la autoridad respectiva en la salvaguarda de la seguridad con base en un presupuesto adecuado, que permita el contratar a expertos y establecer la infraestructura que se requiera.
¿Es necesario ser un funcionario de alta jerarquía para merecer protección? La respuesta es negativa, porque ni estas personas de alto nivel están seguras por falta de sistema.
La situación puede llevar a la sociedad mexicana a procurar su propia protección, como sucede en algunos países que aun contando con buenos sistemas, la mayoría de sus ciudadanos están armados y autorizados… tienen hasta asociaciones y clubes.
En México, autodefensas y madres buscadoras.