Uno de los aspectos de la vida urbana que reflejan su calidad de vida, es el relativo al servicio público del transporte.
El periodista de este diario, Erik Saldaña, da a conocer que es uno de los peores del país, según lo mostró en reportaje este año y con base en los parámetros del Centro Mario Molina,
El mencionado centro realizó un estudio en 68 ciudades del país, con el propósito de evaluar el desempeño del transporte público, procurando medir el rezago de acuerdo con indicadores ; el resultado objetivo resulta desalentador para Tamaulipas, y en particular para nuestra ciudad y puerto de Tampico, porque resultó una de las urbes con mayor rezago… ¡Una de las seis peores de 68!, acusando insostenible antigüedad de las unidades que conforman las flotillas en servicio; a eso va paralelo la falta de mantenimiento.
Igual circunstancia ha revelado el estudio en las ciudades de Matamoros, Nuevo Laredo y en la capital, estudio que no especula sobre las causas, sino que se atiene a una medición cuyo parámetro es un modelo estándar de este servicio, el cual en nuestro zona conurbada moviliza a más de 12 mil personas en días hábiles.
Los aspectos sujetos a medición son accesibilidad, eficiencia, digitalización, equidad, institucionalidad, seguridad , experiencia de viaje, equidad y la sostenibilidad. La medición va de 0 a 100, operación que arroja demoledora reprobación.
El periodista Saldaña nos comenta que “aunque los datos nacionales muestran pequeños avances, los pendientes en las ciudades tamaulipecas son evidentes: baja accesibilidad, escasa digitalización, sistemas fragmentados, falta de infraestructura exclusiva, inequidad territorial e inseguridad, la que entre mujeres, es alta”.
El puerto de Tampico ha sido evaluado en el grupo de 17 grandes zonas metropolitanas, midiendo contrastes entre el marco institucional y su calificación al no alcanzar los estándares que reclama de la modernidad : accesibilidad, modernización, eficiencia.
Tampico fue evaluado dentro del grupo de 17 grandes zonas metropolitanas y su desempeño general revela contrastes fuertes entre un marco institucional sólido y un servicio que aún no alcanza estándares básicos de modernización y eficiencia; los indicadores más bajos fue la seguridad con 28.93 y la eficiencia con 39.20.
De las seis ciudades con peor desempeño, está la nuestra: flota envejecida que rebasa los estándares. Esta condición golpea la eficiencia operativa, eleva los tiempos de traslado y limita la transición hacia tecnologías más limpias. Es evidente que la excusa de parte de los concesionarios se debe a la limitación en el costo del boleto, pero también es cierto que algunos empresarios del servicio se excusan en ello para no operar alternativas.
Si no se moderniza nuestro transporte, las vialidades, la aplicación del reglamento y la capacitación, ¿qué nos espera?