Política

Tatuajes, ¿para qué?

  • Columna de María Doris Hernández Ochoa
  • Tatuajes, ¿para qué?
  • María Doris Hernández Ochoa

En nuestro país se ha popularizado el uso del tatuaje en el cuerpo, al grado de que han surgido mucho los profesionales del oficio, sobre todo los que hacen de su práctica un “arte”.

Su origen se ubica en la Polinesia, en el Océano Pacífico y ya los antropólogos han encontrado restos de su uso en el antiguo Egipto y en Sudamérica, relacionadas estas marcas con sus creencias.

El tatuaje es una marca en el propio cuerpo y es permanente. Los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, lo aplicaban para identificar y para humillar prisioneros, porque para muchos de ellos les prohibida su ley marcar de esa forma el cuerpo.

Para el médico implica un riesgo porque pueden contraerse contagios por el uso de la aguja y la tinta. Los tatuados no pueden ser donadores de sangre.

El tatuaje es permanente, es como una vestimenta y causa efectos dañinos con el tiempo especialmente por efectos del sol.

Las corrientes religiosas hablan de consecuencias espirituales graves, mas no lo prohíben, pero sí afirman que afecta la salud y estabilidad emocional, al desarrollo y equilibrio maduro. El exorcista recomienda no tatuar el cuerpo porque “abre las puertas del mal”.

En algunas escuelas, ejércitos y empresas, rechazan a las personas con estas marcas, que a veces usan los grupos delictivos a manera de identificación, con fatales consecuencias cuando no corresponden a las del grupo que los captura.

Ahora bien, no obstante los inconvenientes, ¿por qué a muchos jóvenes les atrae su aplicación? Habría que preguntarle a cada uno porque deben de existir varios motivos; algunos hasta los exhiben con cierto orgullo trayendo camisas sin manga.

Lo que sí se ha constatado, es que hay personas que rechazan relacionarse con quienes traen marcas de tinta en el cuerpo u algún tipo de coleguaje en nariz u orejas. Aplican lo que se llama prejuicio, porque no todas esas personas rechazadas son malas o negativas.

Lo cierto es que cada persona tiene que cuidar no sólo de su educación, sino también de la manera de vestir, sus modales y evitar lo que puede ser “inconveniente” señalado, porque no le ayudan a salir adelante, sólo ha identificarse con su grupo, pero ese grupo no le ayudará en sus propósitos.

Joven que tome cualquier tipo de decisión trascendente en su vida debe de hacerse algunas preguntas antes de actuar: ¿Me conviene, me ayuda, me protege?


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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